Si alguien está dispuesto a pasar casi dos horas discutiendo con los
protagonistas de esta película, dos mujeres (Scarlett Johanson y Julianne
Moore- y un hombre –Joseph Gordon-Levitt, también autor del guión y director
del asunto, los tres con el cerebro de una gamba)- acerca de si es mejor hacer
el amor (en realidad es follar) con una persona real o masturbarse como un
simio al ritmo que marcan los vídeos pornográficos, es el espectador ideal para
Don Jon, en los cines a partir del 31 de octubre de 2013.
Lo de la discusión es por llamarlo de alguna manera, porque en realidad
el donjuán de pacotilla, católico de misa y confesión dominical, y sus parejas
–una Barbie clásica de dormitorio atestado de lazos y peluches cuanto más rosa
mejor, y una viuda inconsolable-, se dedican a lanzar afirmaciones de nulo
valor dialéctico. Entre las dos, el guaperas de gimnasio y ligue nocturno,
oscila de un extremo al otro: su ley de vida es la certeza de que es mucho
mejor masturbarse pero cada domingo, cuando se reúne con sus padres en la misa
parroquial, lo confiesa y cumple la penitencia en el gimnasio, recitando
padrenuestros y avemarías al compás de las flexiones.
Lo que pudo ser “la parodia de una adicción como la pornografía, plaga
del varón moderno” (Julio Tovar, Cine 2000) (¿), se queda en “torbellino
erótico en clave de comedia” (Peter Travers, Rolling Stone dixit), aunque no
dice que es una mala comedia. Aparte el escasísimo interés del argumento –es de
suponer que, en esto como en todo, habrá para todos los gustos- y la
inconsistencia de un guión facilón, previsible y repetitivo, el resultado es
una película hortera hasta decir basta con un actor de rostro sin duda
simpático en otro papel que no sea el de machista descerebrado, y dos buenas
actrices muy guapas, Moore más guapa y sobre todo más interesante que Johanson
aunque la rubia esté “más buena”. Pero son cualidades que carecen de
importancia en una historia completamente vacua que nunca debió rodarse. O a lo
mejor -¿por qué no?- la que está fuera de onda sea yo.
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