Nominada a los
últimos Globos de Oro como Mejor Película Extranjera y a los Oscar en la
categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa en representación de
Noruega,Kon-Tiki, dirigida por Joachim Roenning y Espen Sandberg, cuenta la
gesta que supuso una de las aventuras más emocionantes del pasado siglo: la
travesía de casi 8.000 kilómetros a bordo de la balsa Kon-Tiki llevada a cabo
por el explorador noruego Thor Heyerdahl (fallecido a los 87 años en 2002),
empeñado en demostrar al mundo su teoría de que los primeros pobladores de
Polinesia fueron indios sudamericanos, y no asiáticos.
Diez años antes,
en una idílica estancia, recién casado, en la isla de Fatu Hiva en el archipiélago
de las Marquesas, Thor Heyerdahl, que entonces era zoólogo especislaista en
invertebrados marinos, había elaborado esa teoría. En Fatu Hiva, Thor se
encontraba frecuentemente con un anciano, llamado Tei tatua, que le contaba
leyendas de la isla en la que uno de sus ancestros, conocido como Tiki, habría
guíado a su pueblo hasta las islas. Estudiando después viejas crónicas
peruanas, Heyerdahl llegó a la conclusión de que el nombre del dios andino Kon
Ticsi Huiracocha se corresponde con el del dios Tiki, venerado por los isleos
polinesios.
Desde Perú hasta
las Marquesas, Heyerdahl y los cinco tripulantes que le acompañaron,
atravesaron en 1947 el océano Pacífico, dejándose llevar por una de sus
corrientes, en un viaje que duró 101 días y en el que rodó un documental que
ganó el Oscar en 1952 e hizo célebre a su protagonista. El 28 de abril de aquel
año, seis navegantes intrépidos –cinco noruegos y un sueco- salieron del puerto
de El Callao a bordo de una balsa, que construyeron con sus propias manos con
troncos atados con gruesas sogas, “sin clavos, ni remaches ni alambres”, de 14
metros de largo. El 7 de agosto, los marinos escandinavos llegaron, después de
serias dificultades, al atolón de Raroia, el archipiélago de las Marquesas, en
una experiencia de navegación “artesanal” destinada a demostrar que una
aventura similar estuvo perfectamente al alcance de los incas.
La película
Kon-Tiki, que llega a las salas españolas el 27 de septiembre de 2013, narra in
extenso la génesis, y muy sintetizado el viaje; una travesía que hay que situar
en su contexto, hace más de medio siglo, cuando los mares estaban mucho menos
contaminados que ahora y era mucho mayor su población de tiburones, y otras
especies que infundían un miedo considerable, por inofensivas que fueran.
“Thor –dicen los
realizadores de la película- fue alguien realmente interesante. Nos hemos reconocido
un poco en él. Tenía una gran voluntad, muy fuerte. Nos interesó que para
demostrar que tenía razón se atreviera a embarcarse en esos troncos, y
arriesgar su vida y la de su tripulación. Y, sobre todo, que sentía terror del
agua porque no sabía nadar”.
Después de la
aventura, Thor Heyerdahl escribió un libro que se convirtió en un fenómeno al
ser traducido a 60 lenguas y vender más de 50 millones de ejemplares en todo el
mundo.
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