Película de ritmo
irregular, con algunas secuencias muy divertidas (y algunas también aburridas),
Barcelona, nit d’estiu (Barcelona, noche de verano) narra seis “historias de
amor en una única ciudad”, tal y como pregona la publicidad, y llega a los cines
españoles el 13 de septiembre de 2013 en versión original (es decir, hablada en
catalán, en castellano e incluso en inglés) subtitulada en castellano.
Es importante que
se tenga en cuenta y lo de la versión original no desanime a los posibles
espectadores porque lo cierto es que todos los diálogos se entienden
perfectamente y dejar de verla por este motivo solo significaría que existen
prejuicios de otra índole.
La noche del 18 de
agosto de 2013 el cometa Rose cruzó el cielo de la ciudad de Barcelona,
ofreciendo un espectáculo único que no volverá a repetirse hasta dentro de
varios siglos. Bajo susurros o a pleno pulmón, empezando a florecer o dando sus
últimos coletazos, esa misma noche hubo –dice la literatura de promoción del
film- 567 historias de amor de las que en esta película coral, opera prima de
Dani de la Orden e interpretada por una veintena de actores –entre otros
Francesc Colomer (Pa Negre), Jean Corne (la piel que habito, Goya al Mejor
actor revelación, Joan Daussà (off), mar del Hoyo (Isabel))…-, la mayoría de
los cuales proceden de series televisivas, nos cuenta media docena: el
nacimiento de nuevas relaciones, el intento de resurgir viejos romances que
nunca se cerraron del todo, los esfuerzos por dar continuidad a algunos amores
frágiles, la aparición de circunstancias nuevas que desequilibran las
relaciones de una pareja…
En mi opinión, la
más lograda de todas las historia es la de la pareja de homosexuales: también
hay otra pareja de desenfadadas lesbianas, unos adolescentes que se estrenan
con un beso, un matrimonio que está a punto de hacer agua porque ella sigue
fantaseando con un amor anterior, unos novios indolentes que descubren todo lo
que les une cuando el predictor da positivo… Son historias mínimas, personajes
que todos conocemos –de más o menos cerca-, situaciones muy familiares. La
excusa, la anécdota que recorre todo el guión, es un cometa que debe cruzar el
cielo de Barcelona una noche de verano. La docena de protagonistas se han
organizado para esperar, de distintas maneras, ver como brilla el cometa en el
cielo azul marino del amanecer barcelonés. La noche les reserva algunas
realidades programadas y otras inesperadas.
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