Periodistas afganos reunidos con los talibanes
El pasado 19 de
septiembre, el Centro gubernamental de los medios y la información de
Afganistán, naturalmente controlado ahora por los talibanes, difundió un
documento titulado “Once reglas del periodismo” al que ha tenido acceso la
organización de defensa de la Libertad de Expresión e Información Reporteros
sin Fronteras (RSF).
Después de estudiar el
documento, RSF denuncia la “persecución” que padecen periodistas afganos. Los tres primeros puntos de ese reglamento
exigen no difundir “temas contrarios al Islam o considerados insultantes para
personalidades públicas, o que no respeten la vida privada”- ha explicado a
France Télévisions Pauline Adès-Mével, portavoz de RSF: “Son textos inspirados
en la precedente ley de prensa. El problema es la ausencia de precisiones
porque nada explica sobre qué bases se podrá decidir que un escrito, o unas
declaraciones, son contrarios al Islam o faltan al respeto a alguna
personalidad. Sabemos que habrá represión. El reglamento establece también que
deberán tratarse con cuidado las cuestiones que no hayan sido confirmadas por
una fuente oficial. Los puntos 7 y 8 favorecen una vuelta al control de la
información, incluso una forma de censura previa”.
RSF y el Centro de
mujeres periodistas afganas han confirmado que apenas un 10% de las 700
periodistas que había en Kabul antes del 15 de agosto de 2021 siguen intentado
ejercer su profesión, aunque la mayoría ya han recibido amenazas y presiones.
Por otra parte, el pasado 16 de septiembre, 103 periodistas afganos, entre ellos 20 mujeres, “de
opiniones políticas y etnias diferentes” –que por razones de seguridad,
personales y de sus familias, se amparan en el anonimato-, firmaron un comunicado titulado « Necesitamos la solidaridad
internacional para evitar la extinción del periodismo afgano ».
Lo firman
profesionales tanto de Kabul como de distintas provincias, algunos de los
cuales temen por su seguridad, otros están viviendo clandestinamente y una
decena han conseguido salir del país. Difundido a través de Reporteros sin
Fronteras, el comunicado pide una movilización urgente para que la libertad de
prensa pueda sobrevivir en Afganistán. “La multiplicación de incidentes sobre
el terreno, las injerencias cada vez más flagrantes de los talibanes en el
trabajo de la prensa, y la imposibilidad de que muchas mujeres puedan seguir
haciendo su trabajo, hacen temer lo peor”.
Los firmantes piden que se exijan garantías de
protección para las mujeres periodistas que deseen seguir ejerciendo su profesión,
y ayuda para el mantenimiento de los medios de comunicación existentes, así
como la reapertura de los que han cerrado desde que, el pasado 15 de agosto,
los talibanes se hicieron con el poder en Kabul.
También piden a la comunidad internacional ayuda para que
los periodistas afganos exiliados puedan seguir trabajando, y a los países
occidentales que apoyen a quienes necesiten ser especialmente protegidos.
Este es el texto íntegro:
“Necesitamos
la solidaridad interancional para evitar la extinción del periodismo afgano”
Somos periodistas afganos, de opiniones políticas y
etnias diferentes. Algunos todavía pueden trabajar, otros están escondidos en
Kabul o en el resto del país, y otros ya se encuentran en el exilio o van
camino de él. Todos nos vemos obligados a guardar el anonimato para hacer este
llamamiento, por el peligro que corren nuestras vidas. No queremos una
extinción del periodismo en Afganistán, como ocurrió entre 1996 y 2001. Es
urgente.
Por intermediación de Reporteros sin Fronteras (RSF)
hacemos hoy un llamamiento solemne a las instituciones internacionales para
conseguir compromisos concretos de los nuevos dirigentes de Afganistán, en el
marco de las negociaciones en curso. En Kabul, menos de una séptima parte de
las mujeres periodistas siguen trabajando. A pesar de los compromisos públicos
de los talibanes, percibimos ya las primeras señales de una represión
generalizada: a las amenazas a los periodistas sobre el terreno, a la
intimidación de las redacciones, a la censura disfrazada, han sucedido
detenciones arbitrarias seguidas de torturas.
A quienes desean el bien de Afganistán y de su
población les pedimos que se movilicen por el futuro del periodismo afgano, sea
cual sea el escenario en los próximos meses. Reclamamos una movilización por la
libertad de prensa en nuestro país, por la preservación de los logros
conseguidos en los últimos veinte años, tanto en independencia de los medios
como en pluralismo y protección de los periodistas. Es responsabilidad de las
instituciones internacionales garantizar el respeto del Pacto de los derechos
civiles y políticos, ratificado por
Afganistán.
Os necesitamos para garantizar la sostenibilidad del periodismo
en Afganistán. Eso supone medios para el mantenimiento o la reapertura de los
medios afganos. Es esencial permitir que nuestras compañeras, así como todas las colaboradoras de los medios,
recuperen sus puestos de trabajo y ejerzan su profesión con total seguridad. El
comité tripartito de medios, creado el pasado 21 de agosto, debe dar garantías
de que será una herramienta útil al servicio de la libertad de prensa, y no de
represión de los periodistas.
A corto plazo necesitamos un apoyo potente, con todos
los medios diplomáticos, consulares y económicos necesarios, para la evacuación de los periodistas en
peligro. Los periodistas exiliados deberán encontrar facilidades para poder
continuar ejerciendo su profesión.
En este período tan histórico como caótico, la
desaparición del periodismo afgano sería una catástrofe. La necesidad de
seguridad de los profesionales de la información es crucial para mantener el
derecho fundamental de los ciudadanos afganos a estar correctamente informados,
una condición previa para que podamos un día ver a Afganistán en el camino de
una paz duradera. Ayudadnos a hacer sobrevivir el periodismo afgano”.
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