El mismo día del encuentro del enviado de la Unión Europea, Vicepresidente de la Comisión y encargado de Asuntos Exteriores Josep Borrell, con el ministro de de la diplomacia rusa Serguei Lavrov, a propósito de la situación del opositor Alexei Navalny, encarcelado desde el martes 2 de febrero de 2021 cumpliendo una condena de dos años y ocho meses, y la comparación establecida por Lavrov con los políticos condenados por el procés catalán, el gobierno ruso anunció este viernes, 5 de febrero, la expulsión de tres diplomáticos. alemán, polaco y sueco, acusados de haber participado en las manifestaciones “ilegales” convocadas en apoyo de Navalny.
Según el ministerio de
Exteriores de la federación de Rusia, los diplomáticos han cometido « acciones
inaceptables e incompatibles con su estatuto diplomático”, y ha pedido a sus
respectivos gobiernos “que respeten escrupulosamente las normas derecho
internacional”.
Según las agencias
internacionales, en las altas esferas suecas se ha considerado « completamente
infundada » la decisión de expulsar a uno de sus diplomáticos que se encontraba en la
manifestación de apoyo a Navalny como « observador, en el marco de sus
funciones ».
En lo que respecta al
diplomático alemán expulsado, según el ministerio de Asuntos Exteriores de su
país « no hacía otra cosa que cumplir con su deber, en virtud del Convenio
de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, de obtener información por medios
legales sobre el terreno”. La propia Angela Merkel ha calificado la expulsión
de “injustificada” , añadiendo que « muestra una faceta más de lo que
pasa actualmente en Rusia, que tiene poco que ver con un estado de derecho”.
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