En un informe hecho público este 26 de febrero de 2021 por el propio presidente
de Estados Unidos, Joe Biden, los servicios de inteligencia estadounidenses
acusan al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed ben Salmane, conocido
como MBS, de haber “validado” el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.Jamal Khashoggi. Foto adhrb.org
Jamal Khashoggi, articulista
del diario Washington Post, fue
asesinado y su cuerpo despedazado, en
octubre de 2018, en el interior del consulado saudí en Estambul, a donde acudió
para retirar unos documentos que necesitaba para contraer matrimonio. Sus
restos siguen sin aparecer al día de hoy.
« Hemos llegado a
la conclusión de que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed ben
Salmane, validó una operación en
Estambul, Turquía, para capturar y matar al periodista saudí Jamal Khashoggi –afirma
la dirección de los servicios secretos estadounidenses en un documento de cuatro
páginas que ha sido desclasificado- El príncipe heredero consideraba a Khashoggi
como una amenaza para el reino y, más ampliamente, apoyaba el recurso a la
utilización de medidas violentas si fuera necesario para silenciarle”.
El informe señala que,
desde 2017, MBS tiene un control absoluto sobre los servicios de inteligencia y
de seguridad del reino “lo que hace improbable la hipótesis de que alguien
pudiera llevar a cabo la operación (el asesinato del periodista) son contar con
su visto bueno”. El informe añade que, en el momento del asesinato de
Khashoggi, MBS había implantado tal régimen de temor que nadie de su entorno se habría
atrevido a cuestionar sus órdenes “por
temor a ser destituido o detenido”.
El informe, que ha
respaldado Joe Biden, incluye una lista de una veintena de personas implicadas
en el asesinatto de Jamal Khashoggi, y entre ellas el número dos de la
inteligencia saudí, el general Ahmed al-Assiri, muy cercano a MBS, y el ex
consejero del príncipe Saud al-Qahtani, ambos juzgados y declarados inocentes
por la justicia del reino.
Como resultado de la
desclasificación del informe, el gobierno de Biden ha anunciado la adopción de
sanciones económicas contra el general Assiri y contra la Fuerza de
Intervención Rápìda, una unidad de élite encargada de la protección de MBS que
dirige al-Qahtani, y que se considera que tomó parte en el asesinato. Por su
parte, el Secretario de Estado de Exteriores, Anthony Blinken, ha prohibido la
entrada en Estados Unidos a 76 ciudadanos saudíes, cuyos nombres no se han
hecho públicos, en aplicación de la nueva norma bautizada como « prohibición
Khashoggi », que se aplicará en el futuro a cualquiera que, en nombre de
las autoridades de su país, ataque a periodistas o disidentes en el extranjero.
Cuestionando la regla
de que el gobierno de Washington no sanciona a los dirigentes de países amigos,
el grupo de presión Open Society Justice
Inititive, que vela por el cumplimiento de las leyes y la defensa de los
derechos humanos, ha pedido al presidente Biden que vaya más lejos y aplique « sanciones
económicas y la prohibición de entrar en el país a MBS, de quien el senador
demócrata Bob Menéndez ha dicho que espera “que rinda personalmente cuentas por
ese odioso crimen”.
En un comunicado de
respuesta al informe, el ministerio de Asuntos Exteriores saudí afirma que “El
gobierno de Arabia saudí rechaza totalmente las conclusiones falsas y
perjudiciales que se contienen en el informe relativas a la dirección del
reino, y no pueden aceptarlas en ningún caso”, añadiendo que las autoridades
del reino han adoptado “las medidas necesarias para que no vuelva a producirse
jamás un drama como aquel”.
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