Manifestación por la libertad de Navalny, Moscú
Alexei Navalny, abogado y militante de 44 años
fundador del Fondo de Lucha contra la corrupción y acérrimo opositor de
Vladimir Putin, va a pasar los próximos dos años y ocho meses entre rejas
cumpliendo la condena dictada este martes, 2 de febrero de 2021, por el
tribunal municipal de Moscú, por violación de la libertad condicional de un
arresto domiciliario sentenciado en 2014, en un juicio denunciado por el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La diferencia entre la sentencia y el tiempo que Navalny permanecerá encarcelado es el
equivalente a los meses que estuvo en arresto domiciliario en 2014.
Los múltiples procedimientos judiciales en que se ha
visto envuelto, el intento de envenenarle en agosto de 2020, del que
afortunadamente se ha curado en Alemania, y las numerosas revelaciones que ha
publicado sobre asuntos de corrupción en los están implicados algunas primeras
figuras del poder en la Federación Rusa, han convertido a Alexei Navalny en una
de las personalidades rusas más conocidas en todo el mundo.
“Este proceso demuestra vuestra debilidad, no vuestra
fuerza”. Esta, según la crónica publicada el diario italiano Il Fatto Quotidiano,
fue una de las últimas frases pronunciadas por Navalny antes de escuchar la
sentencia, “leída a toda velocidad por la jueza y retransmitida en directo por
televisión… con la mirada fija en su esposa Yulia” presente en la concentración
convocada en la puerta del tribunal, según las corresponsales de Libération
Veronika Dorman y Louise Vincent, quienes escriben que “incluso le dedicó el
corazón que dibujó en el cristal sucio” de la ventana de la sala. Mientras la policía volvía a detener a manifestantes
que pedían la libertad de Navalny, sus abogados anunciaban que van a apelar la
sentencia y que “permanecerá detenido
mientras tanto”.
Ante las peticiones de libertad para Navalny, llegadas de los
organismos y distintos gobiernos de la Unión Europea, el Kremlin ha respondido
calificándolas de injerencia en los asuntos de estado y llamando estafador al
sentenciado.
En un interesante artículo sobre el mundo del deporte en
Rusia, publicado en el digital The Conversation, el doctor en Estudios Eslavos Contemporáneos
Lukas Aubin, de la Universidad Paris Nanterre, destaca como muy significativo
el hecho de que dos estrellas del deporte, un futbolista y un jugador de
hockey, hayan pedido explícitamente, en las redes sociales, la libertad de
Alexei Navalny, rompiendo la regla hasta ahora respetada por unanimidad: “los
deportistas aclamaban las decisiones del poder y no hablaban de política”.
El pasado 21 de enero, el célebre futbolista Igor Denisov, ex
capitán del Zenit San Petersburgo, el Lokomotiv de Moscú y la selección
nacional, envió una grabación de vídeo a la revista Sports.ru, en la que dice
que “Navalny debería estar en libertad”. Inmediatamente el Internet ruso
(Runet) reprodujo el vídeo en las redes sociales y lo subió a Twitter, lo que
según el autor del artículo “da idea de su importancia. Para sorpresa general,
este posicionamiento sin precedente por parte de una publicación y un deportista
de primer rango en la Rusia de Vladimir Putin tuvo un efecto de bola de nieve”.
El mismo día, Artemi Panarine, estrella del hockey sobre
hielo que juega en los Rangers de Nueva York, publicó en Instagram una foto del
opositor ruso acompañado de su familia “con el hastag que ya se ha hecho famoso
de #svobodnaval’no mu (Libertad para Navalny)”. Pocas horas después, decenas de
miles de personas lo habían reproducido.
“En el espacio de un día, de Moscú a Nueva York, dos grandes
atletas de la Rusia contemporánea acaban de tomar oficialmente partido por
Alexei Navalny y por tanto, oficiosamente
contra Vladimir Putin –escribe Lukas Aubin- ¿Sus armas? Su popularidad, las
redes sociales y los medios de comunicación. Y un hecho raro: el caso Navalny ha
desencadenado un debate contradictorio en Rusia. Si, como de costumbre, los
medios oficiales siguen la línea política del partido y dicen que los dos
deportistas no han entendido nada, diversas personalidades públicas rusas les
han defendido”.
“Personalidades como el jugador de hockey Roman Liudutchine,
quien considera “inaceptable” la campaña de los medios contra Artemi Panarine;
el entrenador de hockey sobre hielo Alexandre Kojevnikov, quien declara que Panarine
tiene derecho a dar su opinión porque vive en una democracia; o el presentador
y comentarista deportivo de Match TV Dmitri Guberniev, para quien “Panarine y Denisov
tienen derecho a dar su opinión siempre que no contradigan la legislación”.
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