Foto: Dawood Javed |
El 25 de mayo de 2020 las autoridades indias de la región
de Cachemira detuvieron y enjaularon un pichón que había atravesado la
fronteras con Pakistán con una pata anillada y un mensaje escrito conteniendo
varias cifras. La policía india supuso que se trataba de un mensaje codificado
y decidió que el pichón se destinaba a tareas de espionaje, según el reportaje
difundido por el canal estatal alemán Deutsche Welle.
La región de cachemira es una de las zonas más
militarizadas del mundo, escenario desde 1947 de las tensiones entre India y
Pakistán, dos países que poseen armas nucleares, donde sus habitantes están
continuamente vigilados y cualquier forastero es inmediatamente sospechoso de
espionaje. Sin ir más lejos, este pasado
1 de junio han expulsado de India a dos empleados de la Embajada de Pakistán,
acusados de espiar por cuenta de su país.
Clasificado como “sospechoso de espía de Pakistán”, el
ave estuvo en situación de detención provisional mientras “la policía lograba
descifrar el mensaje” que al final, y según ha publicado el diario británico
The Telegraph, resultó ser el número del teléfono móvil del propietario del
pichón, un pescador llamado Habibullah, que vive en pueblo próximo a la
frontera entre Pakistán e India.
Liberado y entregado a su dueño el 28 de mayo, el
pájaro, que habitualmente participa en las
carreras de pichones, un deporte muy popular en la región, se desvió y atravesó
la frontera en el transcurso de una sesión de entrenamiento para un torneo que
va a celebrarse próximamente.
De haberse confirmado, no habría sido la primera vez
que la policía india, que sospecha de cualquier volátil que atraviese la
frontera, habría interceptado un pichón con un mensaje del “enemigo”. En septiembre
de 2016, y después de un atentado que causó diecinueve muertos, atribuido a
extremistas paquistaníes del grupo Lashkar-e-Taiba
en una de las bases de Cahemira, descubrieron a una de
estas aves con un mensaje destinado al primer ministro, Nareda Modi, firmado
por un grupo yihadista. El pichón fue colocado en una jaula vigilada por tres
agentes, y le perforaron las alas para que no pudiera regresar a Pakistán.
Tampoco es la primera vez que una jaula sirve de
cárcel para un vástago de paloma. En 2016, el diario francés Le Monde publicó
un artículo dando cuenta de la detención de 153 palomas mensajeras,
pertenecientes a un comerciante paquistaní.
No hay comentarios:
Publicar un comentario