Hong Kong, manifestaciones 2019 |
Este
30 de junio de 2020 el Parlamento chino ha dicho la última palabra sobre la
controvertida ley de seguridad para Hong Kong. La ley, aprobada
definitivamente, que reprime el « separatismo », el
« terrorismo », la « subversión” y la “connivencia con fuerzas
exteriores y extranjeras” es en realidad una respuesta a las multitudinarias
manifestaciones que llevan convocándose desde más de un año contra el poder
central de Pekín, y-en palabras de la disidencia- un instrumento para “amordazarles y enterrar la semiautonomía y
las libertades ” que disfrutan los habitantes de la isla desde la retrocesión de 1979.
La
ley, cuyo contenido exacto no conocen los siete millones y medio de hongkoneses,
establece condenas que pueden llegar a la prisión perpetua según el redactor
jefe del Global Times, periódico perteneciente al Partido Comunista Chino
(PCC), quien ha recogido declaraciones de personas que han tenido oportunidad
de leer el texto completo.
Una
de las primeras consecuencias de la aprobación de la ley ha sido la dimisión,
este mismo martes 30 de junio, de Joshua Wong, líder del grupo Demosisto y una
de las figuras más conocidas internacionalmente del movimiento pro-democracia
en Hong Kong, que salió a la luz pública en 2014 con la célebre “revolución de
los paraguas”.
El
gobierno de la república de Taiwan (antes Formosa, territorio independiente que
reivindica también la República Popular China), ha condenado “con firmeza” la ley
de seguridad de Hong Kong asegurando que tendrá “un grave impacto en las libertades,
lod derechos humanos y el desarrollo del territorio”
Para
los comentaristas internacionales, esta
ley va a avivar las tensiones ya existentes entre China y varias potencias
occidentales, como Estados Unidos y Gran Bretaña, que ya criticaron el proyecto
“como una grave amenaza para la autonomía de Hong Kong”. Hace unos días, el
Parlamento Europeo aprobó una resolución pidiendo a la Unión que, en caso de
que finalmente se aprobara la ley,
denuncia al gobierno chino ante el Tribunal Penal Internacional de La
Haya.
La Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong fue
inicialmente aprobada en la sesión plenaria anual de la Asamblea Nacional
Popular (ANP) a finales de mayo de 2020. Esta Asamblea encargó al Comité
Permanente la redacción definitiva del texto, que el sábado 27 de junio publicó la agencia oficial de
prensa Xinhua (Nueva China), y hoy ha recibido el definitivo visto bueno del
Parlamento.
La ley establece que en Hong Kong se creará un
« organismo de seguridad nacional », que dependerá directamente del
poder central de Pekín y estará encargado de recoger información y perseguir
los delitos contra la seguridad nacional, una definición que, como sabemos por
experiencia, en el caso de China quiere decir todo y nada (es decir, la
posibilidad de condenar mediante una simple denuncia sin justificar), con la
intención de reprimir el separatismo, el terrorismo, la subversión y la
connivencia con fuerzas extranjeras.
Desde la retrocesión del territorio a China, las
relaciones entre Hong Kong y pekín se han regido por el principio « Un
país, dos sistemas », que garantiza el territorio las libertades que no existen en China continental. Pero
desde el principio, el ejecutivo del territorio autónomo depende directamente
del gobierno chino, que lo elige en un proceso de selección que descarta de
entrada a cualquier persona con « veleidades democráticas”. La oposición
democrática considera que la actual jefa del ejecutivo, Carrie Lam, es una
marioneta del muy autoritario y represor gobierno del PCC.
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