Los periodistas franceses Geoffrey Livolsi,
Mathias Destal y Benoît Collombat han tenido que responder, a mediados de mayo,
a un interrogatorio de la Dirección general de Seguridad Interior (DGSI) para
averiguar si han « comprometido el secreto de defensa nacional ». En
realidad, la inteligencia francesa lo que quería era conocer las fuentes que
proporcionaron a los periodistas –los dos primeros fundadores del digital de
investigación Disclose y el tercero
perteneciente a la célula de investigación de Radio France- la información para el dossier “Made in France” (1), 15
páginas publicadas el pasado 15 de abril de 2019 en las que denunciaban una
“mentira de estado” sobre el uso en la guerra de Yemen de armas vendidas por
Francia a Arabia Saudí y a los Emiratos Arabes Unidos. La investigación llevada a
cabo durante varios meses por Disclose
demuestra que las armas que el estado francés vende a ambos países árabes se
están usando contra civiles.
Los tres periodistas, que apoyados por
una veintena de ONG’s y sindicatos de
periodistas, así como por la Federación Europea de Periodistas (FEJ) han
denunciado “un intento de intimidación” y un “atentado a la libertad de
prensa”, han ejercido su derecho al
silencio para proteger sus fuentes; a la salida, Geoffrey Livolsi subrayó que
la información publicada es “de interés público y no pone en peligro ni las
operaciones militares ni a los agentes franceses sobre el terreno”, mientras
que “contribuye a un debate de gran interés general sobre la exportación de
armas”, contradiciendo así lo manifestado el 7 de mayo por la
ministra de los ejércitos, Florence Parly,
quien aseguró que los periodistas habían obtenido los datos de la
investigación “infringiendo todas las reglas y las leyes de nuestro país”.
El
informe, efectuado a partir de una nota de la dirección de inteligencia militar
(DRM) enviada el 3 de octubre de 2018 al gobierno de Macron, evaluando la
actuación de la coalición Arabia Saudí-Emiratos y detallando el papel
desempeñado por el armamento adquirido por los dos países, contradice el discurso oficial sobre un uso
exclusivamente « defensivo » de las armas francesas en Yemen, y
revela que los tanques Leclerc participan en las ofensivas de la coalición de
los gobiernos de Riyad y Abu Dhabi contra los rebeldes hutis.
La nota oficial, clasificada como
“confidencial-defensa especial Francia”, coincide en el tiempo con el momento
en que la coalición árabe llevó a cabo un asalto contra Hodeïda, en el Mar
Rojo, sin ningún resultado: la inteligencia militar francesa consideraba que la
coalición no estaba en condiciones de hacerse con el primer puerto del país
pese a que en el bloqueo participan una corveta de los emiratos Bayunah de origen francés, una fragata saudí de clase Makkah
vendida por París y helicópteros Ranther y Dauphin de la marina saudí, que
intentan “impedir las entregas de alimentos en un país que padece hambruna”.
Según
la información que el diario Le Monde
ha publicado sobre este caso, tanto “François
Hollande como después Emmanuel Macron han decidido continuar entregando a sus
dos ‘socios estratégicos’, que son Arabia saudí y los Emiratos, las armas contratadas antes del
desencadenamiento del conflicto”. Según
la nota de la DRM, los cañones franceses Caesar han disparado en tres zonas fronterizas entre Arabia Saudí y
Yemen, inaccesibles para la prensa extranjera desde 2015. El informe de Disclose precisa que cruzando esos datos
con los de la ONG estadounidense Acled (The Armed Conflict Location
& Event Data Project), se puede asegurar que en los 52 bombardeos en
los que participaron Caesar franceses junto a la aviación saudí, efectuados
entre marzo de 2016 y diciembre de 2018, murieron 35 civiles. La nota de la DRM
incluía también un listad de material vendido “no empleado en Yemen”:
blindados, radares, obuses y misiles.
(1) El informe completo puede consultarse en
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