“Lejos
de Praga” ("Pies descalzos"),
película de Jan Sverák (ganador del Oscar a
la Mejor Película de habla no inglesa en 1996 con "Kolya"), basada en un
libro autobiográfico escrito por su padre, Zdenek Sverak, sigue al niño de 8 años Eda Soicek (Alois
Grec, un chaval con los ojos brillantes y un original “gorro de cruz”, que muy
bien podría pertenecer a algún comic) y su familia, que durante la
ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial se vieron obligados a dejar Praga y
mudarse a un pequeño pueblo en el campo, donde habitualmente pasaban las
vacaciones.
Eda deberá acostumbrarse a una nueva vida muy diferente de la
que conocía en la ciudad, hace nuevos amigos y establece una relación
excitante con su tío Vik. También le empiezan a gustar las chicas y acabará
descubriendo oscuros secretos familiares.
Con una intriga
poco complicada y escasamente dramática, el realizador Jan Sverák consigue una película encantadora
y por momentos casi naif, un relato nostálgico que tiene que ver con episodios
de su propia infancia, presentando no una cadena de acontecimientos sino una
serie de sucesos aislados, un poco como habitualmente funciona nuestro cerebro
cuando nos dejamos ir recordando.
“Lejos de Praga”
nos habla de la maravilla de crecer, de la experiencia de la guerra a través de
unos ojos inocentes y una mente que no entiende bien la importancia de los
acontecimientos que se suceden, ni los resentimientos que tanto abundan en el
mundo de los adultos: Eda y sus amigos se divierten en un tiempo extraordinario
y aprovechan todo lo que les brinda el momento, sin preocupaciones ni
responsabilidades.
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