Dirigido por la
realizadora suiza Barbara Miller, el documental “#Placer femenino” (#Female pleasure) presenta
a cinco mujeres valientes rompiendo el silencio impuesto por sociedades
arcaicas y patriarcales, y por diferentes comunidades religiosas. Con una
fuerza increíble, estas mujeres luchan por su liberación sexual y su
autonomía. Luchan y ganan, pero su victoria tiene un alto precio: todas han sufrido
difamación, amenazas y procesamientos, han sido rechazadas por la sociedad en
la que crecieron e incluso han recibido amenazas de muerte.
“En
todo el mundo, y en formas diferentes, el cuerpo de las mujeres y su sexualidad
continúan estando controlados”, dijo Barbara Miller a presentar el documental
en el último Festival de Locarno. Mutilaciones, matrimonio forzado, violación,
esclavitud… Cinco mujeres de cinco religiones distintas –judaísmo,
cristianismo, brahmanismo, budismo e islamismo-, todas basadas en la misoginia,
demuestran con su historia personal que la lógica patriarcal sigue imperando en
el planeta. “Tanto si exhibe su cuerpo, como si lo esconde, la mujer es siempre
un objeto que debe satisfacer la sexualidad de los hombres”.
En el documental está Deborah Feldman, casada a la fuerza y
convertida en la paria de su comunidad cuando rompió con su familia. Y Doris Wagner, la monja joven que salió del
silencio para denunciar las repetidas violaciones de sus maestros en el
Vaticano, en el mismísimo corazón de la iglesia católica. También Vithika Yadav, militante india que
explica que en su cultura no existe la palabra amor y se ha perpetuado una
cultura de la violación; las familias hindúes consideran a las niñas como una
carga. Está igualmente Rokudenashiko, artista japonesa encarcelada por
obscenidad, quien ha presentado como un objeto artístico una escultura que
reproduce su vulva, en un país donde la palabra vagina es tabú pero se celebra una
fiesta del pene todos los años. Y finalmente la musulmana Leyla Hussein, somalí
que ahora vive en Londres donde ejerce como psicoterapeuta, que sufrió una
escisión a los 7 años pese a vivir en una familia « moderna », y que
explica que se sigue practicando en Africa, en Asia y también en Europa, en las
familias de migrantes: nada menos que 137.000 casos en Inglaterra, en un año.
Los
testimonios de estas cinco mujeres nos pintan un retrato bastante completo de
la forma en que ha sido tratada la mujer durante la mayor parte de la historia,
como un algo destinado al placer de los hombres; el contexto religioso
ha añadido una serie de adjetivos para acabar presentando el cuerpo de la mujer
como “impuro, vergonzoso, indigno y responsable de todos los males del mundo”.
“#Placer
femenino” es
un emotivo himno, un alegato a favor de
la libertad femenina presentado en una forma muy didáctica. Barbara Miller ha
optado por un cine combativo y
potente que apoya la lucha universal contra la violencia ejercida sobre las
mujeres y reivindica una sexualidad femenina libre.
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