Un “alunizador” para llevar astronautas ymaterial
científico a la luna, y permitirl explorar el sistema solar. Con una puesta en
escena espectacular, Jeff Bezos, el creador y propietario de Amazon, presentó
el 9 de marzo de 2019, en Washington, el
proyecto que ha bautizado como “Blue Moon” (Luna azul) y que, asegura, estará
listo antes de 2024.
"Ha llegado el momento
de volver a la luna pero esta vez para
quedarse ». En un escenario iluminado de azul, el hombre más rico del
mundo enseñó a la prensa internacional la maqueta del proyecto “Blue Moon”, que
firma la sociedad espacial Blue Origin –perteneciente a su conglomerado de
empresas: “Un vehículo increíble que irá a la luna”. 15 toneladas, incluido el
carburante, capaces de transportar 3,6 toneladas, y casi el doble en una
versión más grande: “El ‘alunizador’ podrá transportar material científico,
cuatro vehículos todo terreno pequeños y también un futuro vehículo presurizado
para personas”.
El objetivo es alunizar en
el polo sur de la luna, onde se sabe que existe agua que podría usarse para
producir “el hidrógeno que serviría de carburante para explorar el sistema
solar”. Aunque el multimillonario Bezos
no ha precisado una fecha para el primer lanzamiento, sí ha confirmado que
estará disponible para ayudar a la NASA en 2024, fecha en la que el
ultraconservador presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que
enviará seres humanos a la luna: "El trabajo de mi generación es construir
las infraestructuras”.
Jeff Bezos es un entusiasta seguidor de las teorías
del físico Gerard O’Neill y sus « mundos artificiales que podrían
garantizar a la humanidad una escapatoria frente a una tierra de recursos
limitados » (LCI, canal de televisión de pago francés perteneciente al
grupo TF1) y asegura que su objetivo final es “construir una autopista del
espacio”.
El anuncio de Trump de « regresar a la
luna », verbalizado a finales de marzo de 2019, ha reanudado la actividad
en una NASA que lleva años funcionando al ralentí. Todavía no se han construido
ni los cohetes, ni la estación que deberá ponerse en órbita lunar, y que
servirá de enlace con la tierra, ni tampoco los vehículos que deberían utilizar
los astronautas para moverse por la luna. Más o menos, todo esto es lo que
Bezos ofrece a través de su empresa Blue Origin, fundada en 2000 y alimentada
cada año con mil millones de dólares.
Como complemento, Blue Origin tiene en marcha el
proyecto New Shepard, un cohete “para turistas” que permitirá efectuar “viajes
cortos de unos diez minutos hasta la frontera del espacio”, a unos 100
kilómetros de altitud.
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