Alexandre Koltchenko es un
anarquista de Crimea, militante por los derechos sociales y antifascista, que
se encuentra detenido por las autoridades rusas. Lo mismo que otros militantes
de Crimea, fue secuestrado por el FSB (antigua KGB) y ahora se encuentra en
Moscú, internado en la cárcel de Lefortovo, en calidad de “rehén político”, según
la información facilitada por la Active Generation (activegeneration.org), una
organización internacional que lucha con las armas de la tecnología digital y
la innovación en favor de una transición democrática en países que salen de
dictaduras y regímenes autoritarios. Los servicios secretos rusos acusan a
Koltchenko de “atentado” y “participación en organizaciones terroristas”, apoyándose
en sendos artículos del código penal de Rusia, Active Generation pide su
libertad y el sobreseimiento de los cargos.
Koltchenko, que desde hace muchos
años ha manifestado públicamente sus convicciones antifascistas, está acusado
de pertenecer a “Pravy sector”, organización de extrema derecha que ha jugado
un importante papel en los acontecimientos de Ucrania, aunque la propaganda
oficial rusa lo subestima; esa misma propaganda que en nuestros días acusa de
pertenencia a la organización ultraderechista a cualquier militante de
izquierda, sea de la ideología que sea. “Una situación –dice el comunicado de
Active Generation- comparable a la de la época de Stalin, cuando se buscaban
trotskistas, o a los años de la caza a los comunistas, encabezada por el
senador McCarthy, en Estados Unidos. La propaganda del régimen nacionalista y
autoritario de Putin utiliza todos los argumentos, posibles e imaginables,
empezando por los prejuicios religiosos, pasando por las teorías del complot y
llegando hasta el racismo. Parasitando la retórica antifascista, en Rusia se
puede acusar de fascista a cualquier persona «molesta», incluso si es notorio
que se trata de alguien opuesto al fascismo”, y aunque milite en organizaciones
de izquierdas o antiautoritarias, como es el caso de Koltchenko.
La persecución que sufren, entre
otros políticos detenidos, el anarquista Alexandre Koltchenko y el cineasta
Oleg Sentsov (ambos incluidos por el juez de instrucción en la misma
organización “terrorista”) es puramente política. Está destinada a intimidar a
los ciudadanos de la anexionada península de Crimea, impidiendo que salgan a la
luz los focos de oposición al régimen de Putin, que utiliza todos los métodos
represivos para silenciar a los descontentos.
A causa de las amenazas recibidas
sobre su vida y libertad, en el último año han abandonado Crimea diferentes
personalidades, entre las que hay defensores de los derechos humanos,
sindicalistas, estudiantes, anarquistas y antifascistas, así como algunos
miembros de la comunidad tártara de Crimea, un pueblo de raíces turcas y
originario de las grandes estepas de Asia Central que lleva siglos siendo
perseguido por los rusos y que hoy representa solo el 10% de la población de
Crimea, fundamentalmente a consecuencia de las deportaciones organizadas por
Stalin en 1944.
Alexandre Koltchenko puede ser
condenado a 20 años de cárcel, por un atentado en el que no participó. Desde
Active Generation e International Solidarity Campaign For Alexandre Kolchenko
piden a los movimientos libertarios y de izquierdas de todo el mundo que le
apoyen, difundan información sobre su caso y, en la medida de lo posible, le
envíen cartas de adhesión entre el 1 y el 7 de abril de 2015, fecha en torno a
las cuales terminan los períodos de detención preventiva de Koltchenko y
Sentsov y el juez tomará una decisión sobre su futuro inmediato: “Es
absolutamente necesario desolidarizarse de quienes apoyan la agresiva expansión
del nacionalismo ruso, incluso aunque se presente disfrazado con una retórica
de izquierda o antiimperialista. El régimen de Putin no necesita vuestra
compasión, guardadla para sus víctimas”.
Active Generation (activegeneration.org)
es una página web de activistas creada en 2012 por un colectivo progresista
mundial de personas comprometidas en acelerar la transición democrática hacia
sociedades más abiertas, con las armas de la informática y la innovación. Entre
sus métodos se encuentra promover y desarrollar la democracia participativa,
defender las libertades individuales y colectivas, así como la libertad de
prensa; y sensibilizar a la sociedad en el desarrollo sostenible, inclusivo y
solidario para favorecer la emergencia de una sociedad tolerante, basada en la
participación activa de los ciudadanos en su desarrollo.
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