Con
el título “Lentitud y dispersión de la respuesta internacional a la epidemia de
Ebola: riesgo de un doble fracaso” la organización humanitaria Médicos sin
fronteras (MSF) ha difundido un comunicado en el que hace balance de tres meses
de tratamiento de la enfermedad en los países del oeste africano. “La respuesta
internacional a la epidemia en Africa del Oeste –comienza el escrito- ha sido
hasta ahora fragmentaria y lenta, lo que ha obligado a las poblaciones locales,
los gobiernos nacionales y las organizaciones no gubernamentales, a tener que
hacer la mayor parte del trabajo concreto sobre el terreno. La comunidad
internacional no puede fracasar dos veces, aportando una respuesta primero
lenta y después inadecuada”.
Tres
meses después de que MSF se dirigiera a los estados con capacidad de respuesta
ante las catástrofes biológicas, pidiendo que enviaran urgentemente personal y
medios materiales a Africa del Oeste, hay que decir que los tres países más afectados
han recibido ayuda internacional. Pero también que los estados que colaboran se
han concentrado esencialmente en la financiación o construcción de estructuras
para hacerse cargo de los casos que vayan surgiendo, dejando que el personal lo
aporten las autoridades nacionales, el personal médico local y las ONG’s,
algunas de las cuales carecen de la experiencia necesaria. “Las autoridades de
los países afectados están encabezando la respuesta con los medios de qué
disponen».
“Se
necesitan semanas para formar al personal de las ONG’s y al personal médico
local, y para hacer que funcionen con total seguridad los centros que acogen a
enfermos de Ebola.
Aunque
MSF y otras organizaciones se han ofrecido para llevar a cabo esa formación, el
estrangulamiento inicial ha originado considerables retrasos”, lamenta la
doctora Joanne Liu, presidenta internacional de MSF. “Resulta muy decepcionante
que los estados dotados de respuesta para catástrofes biológicas hayan optado
por no colaborar. ¿Cómo es posible que la comunidad internacional haya dejado
que médicos, enfermeros y trabajadores humanitarios se estén encargando de dar
respuesta a la epidemia de Ebola, que ahora ya es una amenaza transnacional?”.
Todavía
no hay suficientes centros de aislamiento y diagnóstico de los pacientes, allí
donde son necesarios. En las zonas rurales de Liberia, por ejemplo, donde
existen cadenas activas de transmisión, no existen sistemas para transportar
las muestras tomadas en lso laboratorios. En Sierra Leona, mucha gente que
llama por teléfono a la “línea caliente Ebola” para señalar algún caso
sospechoso, recibe como respuesta que se aísle al enfermo en su domicilio.
Al
mismo tiempo, en algunas regiones de Africa del Oeste faltan todavía elementos
esenciales en una respuesta al Ebola, tales como la sensibilización y
aceptación por la comunidad, los entierros efectuados con total seguridad, el
seguimiento de los contactos, la alerta y la vigilancia. En Guinea por ejemplo,
donde la epidemia continúa propagándose, siguen siendo muy insuficientes la
información y sensibilización, sobre todo si tenemos en cuenta que allí la
intervención comenzó hace ocho meses. Pero algunos colaboradores
internacionales parecen incapaces de adaptarse lo suficientemente deprisa a una
situación que cambia continuamente, y a centrar sus esfuerzos en las
actividades más necesarias.
«Luchas
contra una epidemia de Ebola no se limita a aislar y ocuparse de los pacientes.
Allí donde aparecen nuevos casos hay que poner en marcha todas las actividades.
Cada participante en la respuesta debe tener un enfoque flexible y dedicar los
recursos a las necesidades más urgentes, en cualquier momento y en cualquier
lugar de la región”, subraya la doctora Liu. “La gente sigue muriendo de una
muerte horrible con esta epidemia que ya ha matado a miles de personas. No
podemos bajar la guardia y dejar que esto desemboque en un doble fracaso: una
respuesta que primero es demasiado lenta y después inadecuada”.
MSF comenzó su intervención en Africa del
Oeste en marzo de 2014 y en la actualidad está presente en Guinea, Liberia,
Sierra Leona y Mali. La asociación tiene seis centros de acogida de enfermos de
Ebola con una capacidad total de más de 600 camas. Desde marzo, MSF ha atendido
a más de 6 400 pacientes, de los que cerca de 4 000 han resultado positivos y 1
.700 se han curado. MSF cuenta en la región con 270 profesionales sanitarios
procedentes de diversos países y emplea a 3.100 trabajadores locales.
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