«Rien
n'est beau que le faux» (Arthur Rimbaud)
Mil noches, una boda (Party Girl),
primer largometraje de un trío de jóvenes cineastas franceses -Marie
Amachoukeli, Claire Burger, Samuel Theis-, recibió la Camera d’Or (galardón que
distingue a los mejores realizadores debutantes) en el Festival de Cannes 2014.
Mi opinión es que se trató más de un estímulo que de un premio en sentido
literal porque, pese a las dosis de espontaneidad y emoción, no es en absoluto
una obra conseguida; le falta algo ¿o quizá le sobra naturalidad?. Lo que no
quiere decir nada: los tres jóvenes autores tienen por delante un largo futuro
para hacer carrera.
Rozando el documental y la
realidad, pero absolutamente ficción hecha de sombras y luces, Party Girl nos
cuenta los últimos años de Angélique como “profesional” de las barras de noche,
más acompañante que prostituta, que pasados los sesenta termina casándose con
uno de los visitantes habituales del cabaret donde vive y ha trabajado la mayor
parte de su vida, situado en algún lugar de la frontera franco-alemana. Es una
mujer excéntrica, tiene dos hijos adultos de relaciones muy anteriores y una
hija adolescente que vive con sus padres adoptivos, algunos nietos y las
consabidas amigas, trabajadoras como ella en el club nocturno donde otras
mujeres, más jóvenes, hacen streptease y acrobacias en las barras.
Historia densa y patética de una
realidad triste, en la que existe poco espacio para los sueños, que tiene lugar
en el contexto pesado y agobiante del club de luces y cortinajes rojos donde la
función de las mujeres consiste en hacer que los hombres beban. En ese
ambiente, el rostro lleno de arrugas y maquillado de Angélique (Angélique
Litzenburger), lo mismo que sus brazos cargados de bisutería, nos hablan de una
mujer a la que agobia el paso del tiempo pero quiere aprovechar lo que le queda
y sueña con cambiar de vida y encontrar el amor.
Inspirada en la historia real de la
propia protagonista, Angélique Litzenburger, madre del realizador Samuel Theis
-recepcionista en un bar, quien volvió a casarse con más de sesenta años con
uno de sus clientes-, Party Girl es un melodrama provinciano en el que se habla
de amor, deseo, sentimientos, familia y libertad, en el que intervienen actores
no profesionales y miembros de la familia retratada.
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