En Marruecos, acaban de condenar a tres años
de cárcel, por “denunciar una infracción inexistente” a Oussama Housne, un militante que había presentado una
denuncia por torturas, informa Amnistía Internacional (AI) en un comunicado que
lleva fecha del 1 de agosto de 2014. “Se encuentran en curso unas denuncias
similares contra otros dos defensores de los derechos humanos”.
Estos
casos son una consecuencia de las declaraciones que, el 11 de junio, efectuó el
ministro marroquí de Justicia y Libertades, El Mustapha Ramid, en las que
aseguraba la voluntad de las autoridades del país de prevenir e investigar los
casos de tortura y malos tratos, aunque precisando que" la fiscalía
iniciará los procedimientos judiciales necesarios en casos de denuncias de
infracciones inxistentes, o de intención de atacar la reputación de personas e
instituciones”, lo que para los grupos marroquíes de defensa de los derechos
humanos representa un intento descarado de evitar que las víctimas de tortura
lo denuncien.
"Consideramos
–sigue el comunicado- que las autoridades deben propiciar un ambiente que
permita que las víctimas se expresen. Inculpando a quienes denuncian propician
la aparición de un sentimiento de miedo entre las víctimas de tortura y animan
la impunidad de quienes la practican”.
El
23 julio de 2014, el tribunal de primera instancia de Casablanca condenó a tres
años de cárcel a Oussama Housne, de 22 años, militante del Movimiento del 20 de
febrero y del grupo local de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH),
considerado culpable de "denunciar una infracción inexistente y denuncia
calumniosa" contra unos policías. El Movimiento del 20 de febrero, aclara
AI, es una agraupación de protesta pacífica que reclama mayor respeto por los
derechos humanos en Marruecos, así como democracia, justicia social y que acabe
la corrupción.
El
joven había denunciado que el 2 de mayo, cuando se marchaba de una
manifestación, tres desconocidos vestidos de civil le llevaron a un lugar
desconocido donde le golpearon, le quemaron con una barra de hierro candente y
le violaron con los dedos. Tres días después de los hechos, algunos compañeros
del Movimiento grabaron un vídeo, en la que describí las torturas sufridas, y
lo publicaron en YouTube. El vídeo fue lo que hizo que se abriera la
investigación que ha terminado con la condena del torturado.
El
1 de junio, el fiscal del rey concluyó que Oussama Housne no había sido
torturado, basándose en que el joven se negó a pasar un reconocimiento médico
que, según su abogado, no intentaron hacerle hasta pasadas tres semanas de los
hechos, cuando las lesiones físicas ya habían curado. Ese mismo día le
detuvieron en su domicilio. Después, el tribunal se negó a escuchar a los
testigos propuestos por la defensa.
"La
ausencia de heridas físicas –dice el comunicado de AI- no prueba que no haya
habido tortura o malos tratos, tampoco significa que la persona mienta cuando
asegura haber sido torturada. Las marcas pueden borrarse con el tiempo y hay
muchas formas de tortura y malos tratos, como la tortura psicológica y algunas
formas de violencia sexual, que no provocan lesiones visibles pero en cambio
dejan cicatrices psicológicas que duran mucho tiempo”. Por eso, continúa, «no
basta con que las autoridades ordenen efectuar reconocimintos médicos; esos
reconocimientos deben ser conformes a normas como las definidas en el protocolo
de Estambul (“Manual para investigar eficazmente la tortura y otras penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes”, ONU). En caso de alegaciones de
tortura, los reconocimientos médicolegales deben comprender una evaluación
física y psicológica de la víctima, realizarse con su consentimiento y tener en
cuenta sus declaraciones”.
El
documento de AI «Marruecos: la tortura en 2014. 30 años de promesas
incumplidas” se puede descargar, en francés, en http://www.amnesty.org/fr/library/info/ACT40/004/2014/fr
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