Detenidos el 6 de agosto de
2014 se encuentran detenidos los periodistas franceses Thomas Dandois, de 40 años,
y Valentine Bourrat, de 29, que trabajan en la productora Memento, habían
llegado a Indonesia, con un visado de turistas, para efectuar un reportaje por
cuenta del canal franco-alemán ARTE sobre las condiciones de las condiciones de
vida y las reivindicaciones de los separatistas de la provincia de Papuasia. ”Desde
1969, las autoridades indonesias limitan drásticamente el acceso de periodistas
extranjeros a esa zona del país, donde reprimen enérgicamente a los movimientos
rebeldes”, ha recordado Reporteros sin Fronteras. También están detenidos el
chófer y la traductora que les acompañaban.
Oficialmente, se les ha
detenido por infracción a las leyes sobre inmigración y trabajo ilegal.
Sulistyo Pudjo, portavoz de la policía local, ha manifestado que “además de
haber violado las leyes de inmigración, existen indicios claros de que han
participado en propaganda anti-indonesia. Han ayudado a otras personas a
cometer una traición. La investigación está en curso y todavía no hemos llegado
a la conclusión final”. Para este policía, los periodistas llegaron a Indonesia
“invitados por los rebeldes separatistas de Papuasia”.
Thomas Dandois fue detenido en un hotel de Wamera, en
el este de Papuasia, cuando se encontraba reunido con tres miembros del
Movimiento de Papuasia Libre (OPM). Pocos después detuvieron también a su
colega. Los miembros del OPM procedían de las montañas del centro de la región,
donde a principios de agosto los militares mataron a cinco separatistas y donde
poco antes habían muerto dos policías en una emboscada. Ambos siguen detenidos
en Jayapura, la capital de Papuasia, y podían condenarles a cinco años de
cárcel y una multa de hasta 500 millones de rupias indonesias (unos 32.000
euros), por “haberse hecho mal uso de su visado de turistas” para efectuar “un
trabajo no declarado”.
Desde hace varios años, el OPM intenta terminar con la
tutela de Indonesia, a la que acusan de explotar a los papúes, un pueblo pobre
que vive en una región rica en recursos naturales. Los separatistas acusan al
ejército indonesio de violaciones graves de los derechos humanos y de
corrupción masiva relacionada con las minas locales y la tala ilegal de los
bosques.
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