Los
días 5 y 6 de agosto 2014, el prestigioso digital francés Rue 89 sufrió sendos ataques
de piratas informáticos, que dificultaban la lectura de sus artículos y el
intento de introducir comentarios a los mismos. Con esta vez son ya cuatro las
que el periódico ha sido objeto de ataques deliberados, conocidos con la sigla
DDOS (denegación de servicio), lo que en resumen quiere decir que se envía un
elevadísimo número de solicitudes a un servidor hasta conseguir paralizarlo.
La
redacción de Rue 89 ha presentado una denuncia, subrayando que este tipo de
actuaciones “atentan contra la libertad de expresión (…) y causan perjuicio a
un medio informativo”. Al parecer, la agresión informática, así como los
subsiguientes ataques a uno de los periodistas de la publicación y a su
familia, ha sido reivindicada por alguien que se identifica como “hacker
residente en Israel”, en Ashdod, al sur del país, descontento con un artículo
por el que se sintió afectado. Por lo visto se trata de una persona muy
conocida por los servicios policiales y judiciales franceses a causa de algunas
actuaciones anteriores con la Liga de la Defensa Judía (LDJ), entre ellas el
saqueo de una librería pro-palestina en París, que le valió una condena de
cárcel (aunque con el cumplimiento en suspenso).
"Los
ataques a la publicación, lo mismo que el acoso a nuestro periodista y su
familia, son de naturaleza fascista -han escrito en las páginas de Rue 89-. Constituyen
una forma violenta, aunque sea "virtual", de amordazar a un medio de
comunicación y de intentar intimidar a un periodista. Se trata de una forma de
actuación extremadamente grave que afecta al conjunto de los medios y al propio
funcionamiento de la libertad de expresión. Un gobierno, o una persona
descontenta con un artículo o una postura editorial, no pueden hacer justicia
por sí mismos atacando las redes informáticas con toda impunidad”.
Por
su parte, las redacciones de todos los medios del grupo editorial Monde Libre
–al que pertenecen el propio Rue 89 y, entre otros, el diario le Monde y el
semanario Le Nouvel Observateur- han firmado un comunicado de solidaridad con
sus colegas atacados:
“…nuestro
colegas y amigos de Rue 89 se han convertido en el objetivo de un hacker
franco-israelí quien, descontento con alguna información que le afectaba, ha pirateado
varias veces el acceso a la publicación y ha atacado con violencia a algunos
periodistas y sus familias. Estos métodos incalificables cuestionan gravemente
la libertad de información (…) Deseamos que la investigación abierta concluya
lo antes posible y acabe con este tipo de actuaciones. No cederemos ni a la
intimidación, ni al chantaje, ni a la amenazas, y reafirmamos nuestro apoyo
total y nuestra solidaridad a la redacción de Rue 89”.
Lo
firman: Eric Chol, director de Courrier international, Matthieu Croissandeau, director del
Nouvel Observateur, Jean-Pierre Denis,
director de La Vie, Pierre Haski,
presidente de Rue89, Fabienne Pascaud,
directora de Télérama, Anne Sinclair,
directora editorial de la edición francesa del Huffington Post y Gilles van Kote, director de Le Monde.
==================================================================
Con
posterioridad a esta información, el martes 12 de agosto, el presidente de Rue
89, Pierre Haski, reputado periodista especialista en la política y la sociedad
chinas, país en el que durante muchos años fue corresponsal del diario Libération,
ha presentado otras dos denuncia contra el hacker israelí –que alardea en las
redes sociales de ser el autor de los ataques- por el acoso al que le está
sometiendo: en concreto, el 8 de agosto publicó el fichero TAJ (tratamiento de
antecedentes judiciales) del periodista, un fichero confidencial que consiguió
haciéndose pasar por policía, que contiene las denuncias que Haski ha tenido
como responsable de algunas informaciones publicadas en el digital. El hacker
incluía también la grabación de una conversación con el policía que le entregó
el fichero (violando las reglas del tratamiento de los ficheros informáticos)
así como lo que figuraba como dirección personal del periodista que, en
realidad, era la dirección de su trabajo.
Esa
misma noche, el hacker se hizo pasar por Pierre Haski en una llamada telefónica
a la comisaría del barrio parisino donde reside, asegurando que acababa de
matar a su mujer y estaba atrincherado en su casa, con un arma, dispuesto a
disparar sobre la policía si intentaba entrar. El asunto, que provocó un
considerable despliegue de fuerzas policiales en el barrio, se resolvió
afortunadamente sin pasar a mayores.
Finalmente,
al día siguiente, el hacker utilizó su cuenta de Twitter para insultar al
periodista y publicar, esta vez sí, la dirección de su domicilio familiar.
Con
estas son ya cinco las denuncias presentadas por la publicación contra el
hacker franco-israeli que lleva dos semanas acosando a Rue 89 y a sus
periodistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario