jueves, 24 de septiembre de 2020

"Song to Song", a pesar de lo que nos dijeron el amor no dura para siempre

 Yo creía que podíamos vivir de revolcones, de beso en beso, de canción en canción…”


“Song to Song”, protagonizada por Rooney Mara, Ryan Gosling, Michael Fassbender y Natalie Portman, y dirigida por Terrence Malik (“El árbol de la vida”, “Knight of Cups”) es una historia “de amor, obsesión y traición”, con la música como telón de fondo –los protagonistas van de una canción a otra-  en la que el espectador se ve sorprendido por los salpicados cameos de unas cuantas figuras emblemáticas del rock y el indie como, entre otros,  Patti Smith, dividida entre la existencia y el amor, Iggy Pop descansando en el camerino, Florence Welch, Flea o Lykke li.

Paisajes impresionantes y las habituales píldoras filosóficas de Terrence Malick en su novena película, un drama para milenials estrenado en 2017 que quiere ser romántico, en el « estilo elegíaco » a que nos tiene acostumbrados el realizador en esta especie de segunda etapa de su carrera de cineasta (plasmada en una serie de historias que se suceden desde “El árbol de la vida” y que parece se alimentan unas a otras: “Knight of Cups”, “Voyage of Time”… casi da igual el orden en que se vean, no altera el producto).

Amores difuntos y un montaje vertiginoso  en una auténtica tragedia sobre la visceral y  desordenada vida de músicos, cantantes y productores;  personajes que componen un mosaico de estados de ánimo y una oda melancólica mientras pasean por lujosos apartamentos, casas y paisajes vacacionales que, en conjunto, acaban por parecerse a una aburrida revista de decoración (no es mía la frase), por cuyas páginas desfilan   mujeres (Rooney Mara, Natalie Portman, Bérenice Marlohe, Cate Blanchett) y hombres (Michael Fassbender, Ryan Gosling) “cinco estrellas”, endiabladamente hermosos, presas de algo que oscila entre la ansiedad y la insatisfacción.

 

Con el público y la crítica divididos entre quienes creen que ha iniciado su declive artístico y quienes siguen adorándole, el realizador Terrence Malick continúa su saga de películas, yo creo que excesivamente formales,  centradas en una radicalidad que escribe su poesía con las imágenes más que con el relato. En este caso el poema, en bucle, habla de infelicidad, de provisionalidad, de indiferencia, de puras sensaciones

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario