La corona de plástico que el rapero estadounidense Notorius B.I.G. –“Biggie”- llevó durante una sesión de fotografías efectuada en 1977 en Nueva York, tres días antes de que le asesinaran en Los Angeles, se ha subastado el pasado miércoles, 16 de septiembre de 2020, en la firma Sotheby’s, en Nueva York, adjudicándose por nada menos que 594.750 dólares. El lote incluía la corona y tres copias de la legendaria foto de Biggie que fue portada de la revista “Rap Pages”.
La corona la
compró en su día, por 6 dólares, el fotógrafo Barron Clairbone, para que el
cantante se la pusiera en su estudio de Manhattan el 6 de marzo de 1977, en las
imágenes del reportaje que efectuaba
para la revista, especializada en música rap. Desde entonces, Clairbone ha conservado la famosa corona que ahora
se ha subastado junto a otros objetos en torno al movimiento del hip-hop, como
un lote de 22 cartas de amor escritas por el rapero Tupac Shakur cuando era
adolescente, que se vendieron por 75.600 dólares; o el lote de 32 aparatos de
radio-cassette, emblema del hip-hop de los años ’80, cuando los adictos del
estilo andaban por la calle llevando uno en la mano, que alcanzó la suma de
113.400 dólares.
El rap, que forma
parte de la cultura callejera del hop-hop, emergió en los primeros años ’90 y
ahora es el estilo musical más escuchado en Estados Unidos y en muchos otros países
de influencia anglófona.
Notorius N.I.G., conocido también
como Biggie Smalis, nacido en 972 en Nueva York y asesinado de cinco disparos en
1977 en Los Angeles –cuando junto a dos compañeros del grupo se encontraba al
volante de su automóvil camino del hotel, de regreso de un concierto en el que
fue abucheado- está considerado uno de
los grandes de la historia del Rap. Los funerales se celebraron en Manhattan:
Biggie llevaba un traje blanco, una “camisa Versace” y un sombrero playero dentro del ataúd de caoba. Su
asesinato tuvo lugar seis meses después del de Tupac Shakur, también por
disparos.
Su primer álbum, “Ready to Die”
(Listo para morir), de 1994, se convirtió en el eje central del rap neoyorquino,
enfrentado al que se hacía en la Costa Oeste, entonces era dominante; el álbum
doble “Life After Death” (Vida después de la muerte), publicado 16 días después
de su asesinato, obtuvo en 2000 la
calificación de “disco de diamante”, la más alta que concede la RIAA (Recording
Industry Association of America), asociación interprofesional de la industria
discográfica que concede los certificados de ventas. En 2006, el canal MTV
eligió a Notorius B.I.G. como el tercer gran rapero de la historia, detrás de Jay-Z
y Tupac Dhakur. “Boggie” ha vendido más
de 17 millones de discos solo en Estados Unidos.
En 2002, el periodista y escritor
Randall Sullivan, tres veces candidato al Premio Pulitzer, especializado en
investigaciones sobre casos de corrupción, publicó “Labyrinth”, un libro basado
en entrevistas con el detective retirado Russel Poole, en el que responsabiliza
de la muerte de los dos raperos a Suge Knight, presidente de la discográfica Death
Row Records, y al policía David Mank; acusa a ambos planear los asesinatos y camuflarlos
como “ajustes de cuentas”. Una versión que el realizador Nick Broomfield
mantiene en su documental de 2002 “Biggie & Tupac”. Los familiares de
Biggie presentaron en 2005 y 2006 el
libro de Sullivan como prueba en sus denuncias contra la policía de Los
Angeles.
Otras versiones, como la del
periodista Chuck Philips, del diario “Los Angeles Times”, mantienen que Notorius
B.I.G. habría pagado para que mataran a Tupac Shakur.
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