Más de 100.000 bebés mueren cada año como consecuencia
de los conflictos armados según un informe de la organización humanitaria Save
the Cildren, presentado este viernes, 15 de febrero de 2019, en Alemania con
ocasión de la Conferencia de Seguridad
que se celebra en Munich, que durante tres días reúne a responsables políticos, diplomáticos, militares y
científicos de cuarenta países.
En los diez países más afectados por las guerras
Afganistán, Yemen, Sudán del Sur, República Centroafricana, República
Democrática del Congo, Siria, Irak, Mali, Nigeria y Somalia- al menos medio millón de recién nacidos
murieron entre 2013 y 2017 a causa del hambre, la falta de higiene o a los servicios
de salud, y también por falta de ayuda.
El número muertos asciende a 870.000 cuando se contemplan todos los
niños menores de cinco años, según la organización que habla de “un drama
infravalorado”.
En comparación, en el mismo período y en los mismos
países han muerto alrededor de 175.000 combatientes.
“Cada día atacan a niños
porque los grupos armados y las fuerzas militare no respetan las leyes ni los
tratados internacionales. Los crímenes de guerra se cometen con total
impunidad, desde la utilización de armas químicas a la violación”, denuncia Helle Thorning-Schmidt, representante de
Save the Children.
“Cuando se violan las reglas de la guerra, la
comunidad internacional no debe tolerarlo y los autores de esos acto tienen que
rendir cuentas”, ha añadido Thorning-Schmidt.
En 2017, 420 millones, el 18% de todos los niños del
mundo vivían en zonas afectadas por los conflictos armados, lo que supone una
cifra que supera en 30 millones la del año anterior. Entre las recomendaciones de Save the
Children a los gobiernos y grupos armados figura la de que los beligerantes se
comprometan a no reclutar combatientes menores de 18 años, así como que dejen
de usar armas explosivas en las zonas habitadas.
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