Tras permanecer
confinado desde principios de noviembre en las lujosas habitaciones del hotel
Ritz Carlton de Ryad, junto con decenas de otros príncipes, ministros, ex
ministros, empresarios y altos funcionarios –en el marco de una operación de
lucha contra la corrupción puesta en marcha por el príncipe heredero saudí
Mohamed bin Salman- el príncipe multimillonario Al-Walid bin Talal, el hombre
más rico del país dueño del fondo de inversiones Kingdom Holding Company, salió en libertad el sábado, 27 de enero de
2018, después de llegar a un “arreglo económico” con las autoridades de Arabia
Saudí, que en el momento de las detenciones declararon que se habían malversado
al menos cien mil millones de dólares.
Los negocios de Bin
Talal, de 62 años, considerado el 45 hombre más rico del mundo, se reparten
entre el turismo, la hostelería, los bancos, las inversiones y las tecnologías
de la información, entre otros con un 4,9% de acciones de Twitter.
El día anterior
quedaron en libertad Walid al-Ibrahim, propietario de la red de satélite árabe
MBC, el anterior jefe de corte real Khaled Tuwaijri y el ex director de la
agencia de meteorología del país, Turki ben Nasser. Entre las personalidades
que ya han recobrado la libertad figura también el príncipe Metab ben Abdallah,
hijo del difunto rey Abdallah y ex jefe de la poderosa Guardia Nacional Saudí,
quien fue cesado antes de su detención.
El fiscal general saudí,
miembro del alto Comité Anticorrupción, Saud al Moyeb, ha manifestado que la
mayoría de los acusados han aceptado “un arreglo” para evitar tener que
comparecer ante un tribunal.
Con una fortuna de
18.700 millones de dólares según la revista Forbes y participaciones en Twitter, Citigroup,
21st. Century Fox y Apple, Al-Walid bin Talal, es también un filántropo,
sobrino del rey y el árabe más rico del mundo. Nació en Jeddah y estudio en las
universidades de Menlo y Syracuse, en California. Su fortuna se inició con el
petróleo, como en la mayoría de casos de millonarios del país, pero después la
diversificó en otros intereses.
Según la cadena NBC, Bin
Talal ha “echado una mano” a Donald Trump en dos ocasiones, cuando los negocios
no le iban bien: en 1991 le compró su yate y en 1995 el Hotel Plaza de Nueva
York, que en ese momento estaba ahogado en deudas. La amistad se rompió cundo
el presidente de Estados Unidos, entonces candidato, anunció que prohibiría la entrada de árabes
en el país. “Eres un desgracia para el Partido Republicano y para Estados
Unidos. Abandona la campaña ya que nunca ganarás”, le escribió Bin Talal.
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