Diez meses de prisión incondicional
y 40.000 dirhams de multa es la sentencia dictada por la justicia marroquí
contra el periodista Hicham Mansouri, jefe de proyectos de la Asociación
Marroquí de Periodistas de Investigación (AMJI), creada en pleno auge de la
primavera árabe en 2011, por “complicidad en adulterio”, según las
informaciones publicadas por la prensa marroquí y francesa.
Hicham Mansouri, de 34 años, fue
detenido brutalmente por una decena de policías en su domicilio de Rabat–como
atestiguan la fotografía que circula por las redes sociales, la puerta tirada
abajo y los cristales de las ventanas de su apartamento destrozados- el pasado
17 de marzo, en compañía de una mujer que se encuentra en proceso de divorcio.
Los artículos 490 y 491 del código penal marroquí castigan las relaciones
sexuales fuera del matrimonio con penas que van de un mes a un año de cárcel, y
el adulterio probado con hasta dos años de cárcel, aunque para la abogada de
Hicham Mansouri “la fiscalía solo puede actuar cuando el marido se encuentre
fuera del país, y en este caso el marido estaba en Marruecos y no ha presentado
denuncia”. (Adviértase de paso que, evidentemente a juzgar por su redacción, el
código solo se refiere a mujeres adúlteras; los hombres no cometen adulterio en
ningún caso, por lo que a Mansouri han tenido que juzgarle por complicidad).
La Federación Internacional de
Ligas de los Derechos Humanos considera que Mansouri es un “preso político”, lo
mismo que la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) y la Asociación de
Defensa de los Derechos Humanos en Marruecos (ASDHOM). En cuanto a la AMJ, la
asociación de periodistas donde trabaja el detenido, ha denunciado la detención
como “intrusión ilegal” en la vivienda del detenido, lo que naturalmente niegan
las autoridades policiales , que hablan de detención con todos los requisitos
legales –de una persona pillada en “flagrante delito de preparación de un local
para la prostitución y participación en adulterio con una mujer casada”- aunque
nadie explica por qué el detenido tenía la cara cubierta de heridas y sangre
tras la irrupción de la policía, ni por qué fue obligado a desnudarse y subir
al vehículo policial en traje de baño.
Detención ilegal que también
denuncian organizaciones internacionales, como el Observatorio para la
protección de los defensores de los derechos humanos y la Organización Mundial
contra la Tortura (OMCT) y Front Line Defenders, que han pedido la libertad de
Hicham Mansouri no sin manifestar su preocupación porque la detención y
sentencia parecen “obedecer únicamente al trabajo legítimo y pacífico que
Hicham Mansouri realiza a favor de los derechos humanos”.
Contactado por el periódico
marroquí Tel Quel (Telquel.ma), Maati Monjib, presidente del comité de apoyo a
Hicham Mansouri y miembro del buró ejecutivo de la ONG Freedom Now ha
calificado la sentencia de “arbitraria” y considera que no se han probado
ninguno de los dos cargos presentados por la acusación; también ha declarado
que, desde su creación, la AMJI se encuentra en el punto de mira de las
autoridades “y siempre encuentra problemas para organizar sus actividades, a
causa de su continuada defensa de la libertad de expresión y de la libertad de
informar”. Según la edición marroquí del Huffington Post, la AMJI concede becas
de investigación a periodistas del país magrebí y anualmente entrega el Premio Periodismo
de Investigación a los mejores artículos publicados en árabe, francés y
amazighe (lengua autóctona que hablan entre 4 y 5 millones de personas,
perteneciente al grupo de lenguas bereberes que se hablan en Marruecos, Egipto,
Argelia, Túnez, Mali, Niger y Libia), en la prensa local y nacional.
A mediados de marzo de 2015 fue detenido
también Mustafá Errik, miembro de la asociación islamista Al Adl Wal Ihssane,
también cuando se encontraba en compañía de una mujer casada. Y, en otro caso,
el 23 de marzo las fuerzas del orden detuvieron en Casablanca al periodista
Adil Qarmouti, según la publicación digital Hiba Press por un artículo en el
que criticaba a la dirección de la Seguridad Nacional. El periodista había
comentado el suicidio de la agente en Taourirt, preguntándose si no debería
dimitir el Director General del cuerpo, Bouchaib Rmail.
El actual Código de Prensa marroquí
permite detener a un periodista por sus escritos; para abril de 2015 está
anunciada la tramitación de un nuevo Código que prevé la supresión de las penas
de privación de libertad.
La
libertad de expresión recula en Marruecos
A mediados de febrero de 2015
Freedom Now presentó en Rabat su primer informe sobre la libertad de expresión
en Marruecos, criticando entre otras cosas las continuadas presiones que el
poder ejerce sobre los medios de comunicación: “La situación de la libertad de
prensa y expresión en el Marruecos de hoy es peor que la que había en los tres
últimos años del siglo pasado”. Con esta frase la asociación resumía el
informe, en una rueda de prensa denunciada por el Ministro del Interior.
Mohamed Hassad, en una carta enviada al local donde se celebraba el acto en la
que acusa a Freedom Now de “carecer de estatuto jurídico y no estar inscrita en
la lista de asociaciones de la wilaya (división administrativa que dirige un
wali) de Rabat” por lo que considera que la asociación “desafía” a la justicia.
A pesar de la carta, la conferencia
de prensa se celebró y Freedom Now denunció una veintena de violaciones de la
libertad de prensa entre abril y diciembre de 2014. “Trece casos de periodistas
de la prensa digital, tres casos de cantantes de rap, dos de periodistas de la
prensa escrita, un caso de un usuario de Internet y otro de una bloguera”. Para
esta ONG, creada en abril de 2014 que todavía no ha conseguido el “permiso”
oficial, las autoridades ejercen un control en los medios públicos “a través de
la propaganda oficial”, y en los medios privados mediante las “ayudas públicas
y de otras fuentes a la financiación, así como a través de la publicidad”, con
el objetivo de “silenciar todas las voces disidentes e imponer un punto de vista
único”.
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