El
24 de abril de 2015 se cumplen cien años del día en que las autoridades
otomanas iniciaron el genocidio armenio, con la detención de 250 intelectuales
y jefes de comunidades armenias en Constantinopla. Las cifras de aquel crimen
hablan de entre un millón y millón y medio de ciudadanos armenios exterminados
sistemáticamente entre 1915 y 1918.
El
“nomeolvides” (nombre que en Erevan, capital de Armenia, recibe el miosotis
violeta), la flor que representa la memoria del genocidio, aparece estos días «en
forma de broche que exhiben los escolares en el pecho y los universitarios
sujeta en los ordenadores. En todas partes por la capital, en las calles, las
casas, hospitales, supermercados, restaurantes, tiendas y hoteles, está presente
la flor con un simple mensaje: “Me acuerdo y exijo”, escribe Joey Ayuba en
Global Voices Online.
El
miosotis, la humilde flor morada que esta primavera ha florecido no solo en la
tierra sino también en las paredes, los postes y las vallas de Erevan, “expresa
la noción del recuerdo eterno y permite evocar simbólicamente el pasado (el
centro negro son el genocidio y el sufrimiento de un pueblo), el presente (los
pétalos violeta claro son la unidad de las comunidades armenias en todo el
mundo), el futuro (los cinco pétales largos son otros tantos continentes donde
encontraraon acogida los supervivientes del genocidio, con el color púrpura de
los ornamentos sacerdotales de la Iglesia cristiana armenia, tan ligada a la
identidad del pueblo) y la eternidad, representada por los doce puntos
centrales que recuerdan las doces columnas del Memorial del Genocidio,
amarillos como la luz, la creatividad y la esperanza".
Recordar
el genocidio y reclamar que la República de Turquía –sucesora legal del imperio
otomano desde 1923- lo reconozca de una vez por todas, ha sido una de las metas
de todos los armenios a lo largo del siglo XX. “Generación tras generación, los
supervivientes del genocidio armenio y sus descendientes han puesto en marcha
campañas» pidiendo ayuda a la comunidad internacional. Hasta ahora, tanto solo
21 países -entre los que no se encuentra España pero sí Estados Unidos, Rusia,
Francia e Italia - han reconocido el genocidio armenio.
En
los últimos días, en vísperas del centenario, varios países se han sumado a la
lista de los que dan carta de naturaleza el genocidio que Turquía lleva un
siglo negándose a reconocer. El miércoles 22 de abril de 2015, el Parlamento
austriaco guardó un minuto de silencio en señal de protesta por «el genocidio
de los armenios llevado a cabo por el Imperio otomano durante la Primera Guerra
mundial”, lo que motivó que Turquía llamara a consulta a su embajador en Viena
(Austria fue un aliado del Imperio otomano y hasta ahora nunca había utilizado
oficialmente el término genocidio), donde ya se encontraba el de El Vaticano,
ya que la semana anterior fueron el Papa Francisco y el Parlamento europeo,
quienes reconocieron oficialmente el genocidio armenio.
El
viernes 24, el parlamento alemán de Berlín aprobará una resolución de homenaje
a las víctimas: “Su destino ha entrado en la historia de las destrucciones
masivas, las limpiezas étnicas, las expulsiones y los genocidios por los que el
silgo XX se ha hecho famoso de manera espantosa”, se lee en el texto redactado
conjuntamente por los diputados socialdemócratas del SPD y los conservadores de
la CDU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario