“La arena se desliza la palma de mi mano, mientras mi pincel escribe, línea tras línea, la historia infinita de un viejo…”
El largometraje documental “Cuando lleguemos al claro” (Later in the Clearing”) (1), dirigido, filmado y montado por Márton Tarkövi (2), rodado a lo largo de seis años – “han pasado seis años en total. De hecho, el tiempo es el tema central de la película. No solo porque las obras de Molnár podían tardar hasta décadas en alcanzar su forma definitiva, sino también porque tuve la oportunidad de capturarlo en vida”- tuvo su estreno mundial en el pasado mes de febrero, en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam dentro de la sección Bright Future (un futuro brillante), selección de óperas primas caracterizadas por una temática original y un estilo propio, que representan la vanguardia del cine contemporáneo.
Márton Tarkövi filma al pintor húngaro
Péter Molnár (3), fallecido el año pasado. “Es una obra cinematográfica
poética, un viaje espiritual con y sobre Péter Molnár, pintor minimalista abstracto y,
además, es mi abuelo. Evito llamarla ‘una
película sobre mi abuelo’, porque ese concepto se ha convertido
en un cliché dentro del documental. Esta película es todo lo contrario a un
biopic”.
Molnár era un pintor reconocido en Hungría, pero llevaba una
vida casi ascética. “Me pidió que dejara fuera del documental todos sus
premios. A pesar de haber estado casado tres veces y haber formado una familia,
no conectaba mucho con el ser humano. Nunca se preocupó por el mercado del
arte, prefería ilustrar libros o trabajar en fondos de películas de animación
antes que vender sus cuadros de forma comercial. Era un artista puro y honesto,
una persona extremadamente tierna y sensible”.
En una pequeña ciudad de Hungría, el pintor Péter Molnár, ya
anciano, alejado de los ruidos de las máquinas y rodeado de naturaleza, nos
guía en un viaje espiritual a través de un proceso creativo minimalista
explorando los misterios y la poesía del tiempo, el arte y la vida. Son obras
formadas por minúsculos signos –“que quizá un día fueron letras”-, rayas,
caracteres, pequeños espacios delimitados que se superponen, trazados con
pincel y plumilla; marcas y señales que seres antiguos, que prefiere llamar
presencias, utilizaron en un tiempo remoto para dejar constancia de la senda
que había tomado la gacela, o del trayecto que llevaba hasta el agua. Pueden pasar hasta veinte o cuarenta años para que estos cuadros
abstractos, formados por jeroglíficos ilegibles, paisajes escritos y
laberintos de signos alcancen su forma definitiva. De hecho, muchos de
los cuadros llevan dos fechas a veces
con varias décadas de diferencia: la del momento en que lo
consideró terminado y la del instante
en que le añadió lo que el tiempo le había sugerido. "Tú filmas, yo pinto". En un entorno relajado de
vegetación abundante, el aire distribuye los cantos de los pájaros mientras abuelo y
nieto, pintor y cineasta comparten la aventura de este documental que es,
sobre todo, el testimonio del meticuloso trabajo de un artista que habla del
milagro del cosmos y sabe que los detalles son lo importante. “La pintura –dice- es una cosa que revela
secretos (…) La realidad y el arte son dos cosas diferentes. Aun así, hay
pasadizos, porque el arte no existe sin nuestra vida, y viceversa (…) Sabemos
muy poco del mundo, siempre hay enigmas”. (1) “Cuando lleguemos al claro “ se estrena en
Madrid el 10 de mayo de 2025 en el marco de la muestra Documenta Madrid. (2) Mártin Tarkövi (1997, Hungría), diplomado de
montaje en la ECAM (Escuiela de Cinematografía y del Audiovisual de la
Comunidad de Madrid), ha trabajado como montador con Javier Rebollo, Callisto
McNulty, Víctor Erice y Albert Serra. “Cuando lleguemos al claro” es una
película montada de manera artesanal y autofinanciada. |
(3)Péter Molnár, pintor (1943-2023), “mi abuelo.
Empecé a filmarle en 2018 en su casa de Keeskemét, una pequeña ciudad de
Hungría. Mi película es una sólida huella de su proceso creativo, su arte, su
presencia espiritual, su conexión cósmica con la naturaleza y su fascinación
por el tiempo. Era un artista reconocido en Hungría, pero al será persona
solitaria y ascética, se negó a hacerse famoao, así que es como entrar en un
mundo secreto”. |
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