Primera película de ficción del madrileño Guillermo Galoe (ganador de dos Goya con el corto “Aunque es de noche” y “Frágil equilibrio”, ganador también el Premio al Mejor Documental en la Semana del Cine de Valladolid, Seminci), con guión del realizador y Víctor Alonso Berbel y rodada en la madrileña Cañada Real, “Ciudad sin sueño” – calificada por la crítica especializada como “magistral” y “soberbio western”- ha sido recompensada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, con el Premio SADC, que entrega la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos franceses.
Este premio
reconoce el importante valor del guión en las obras cinematográficas y define el largometraje premiado como "un poema que
tiene la belleza dura y salvaje de estas tierras desfavorecidas que nadie
visita nunca, donde los caminos no conducen a ninguna parte y donde no hay nada
más que piedras, sol y viento. Esta película podría haberse llamado “Los Olvidados” (de Luis Buñuel),
pero su autor prefirió citar a Lorca, el poeta del mundo gitano”.
“Ciudad sin sueño”, lo mismo que el
corto “Aunque es de noche”,
es una película que sucede en La Cañada Real de Madrid y está interpretado por
actores no profesionales residentes en la zona, como Antonio “Toni” Fernández Gabarre, protagonista
del corto.
Toni, un chico de 15 años, vive en el
asentamiento irregular más grande de Europa, a las afueras de Madrid. Orgulloso
de pertenecer a una familia de chatarreros, sigue a su abuelo a todas partes. Cuando
los derribos se acercan a su parcela, el
abuelo se niega a marcharse, sea cual sea el sacrificio. En oscuras noches sin
electricidad, mientras las leyendas de su infancia cobran vida, Toni debe
elegir entre enfrentarse a un futuro
incierto o aferrarse a un mundo que se desvanece.
Para su realizador, los personajes de “Ciudad sin sueño” se enfrentan “a
la pérdida de un modo de vivir, al desvanecimiento de un mundo que, pese a
haber sido completamente desplazado, mantiene con orgullo y dignidad sus
valores y sus mitos, a veces casi de una forma quijotesca. Son unos personajes
fuera del tiempo, invisibles a ojos de una sociedad ansiosamente capitalista y
globalizada que, sin embargo, miran desde muy cerca. La película retrata desde
lo íntimo a estas personas que tienen nombre y rostro a través de los ojos de
Toni, un chico cuya mirada conserva todavía la magia de la infancia, ese lugar
de leyendas y fantasmas, libre de juicios y donde todo es posible todavía
““Ciudad sin sueño’ es el
resultado de seis años haciendo cine junto a una comunidad que está en los
márgenes más extremos de la sociedad (…) La Semaine de la Critique, que ha
marcado el comienzo de grandes cineastas, es un espacio perfecto en Cannes para
que la voz de esta película florezca”.
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