El héroe anónimo de Tiananmen, 1989
Hasta
2020 Hong Kong era el único lugar de China en que las autoridades « toleraban »
el recuerdo de la represión de la Plaza de Tiananmen, en la noche del 3 al 4 de
junio de 1989, cuando los tanques del ejército avanzaron sobre la
manifestación, de estudiantes y obreros mayoritariamente, que llevaban varios
días concentrados en la plaza reclamando democracia para el país.
Hoy,
por primera vez desde hace treinta años, los hongkoneses no han podido
organizar ningún acto público para conmemorar la fecha, que están recordando en
silencio. El régimen de Xi Jinping lleva meses aplastando las libertades, ha
cerrado medios de comunicación independientes y encarcelado a sus responsables,
y las continuas amenazas han dado como resultado una desmovilización total de
la población del territorio semiautónomo, amenazado con hasta cinco años de
cárcel por asistir a cualquier tipo de conmemoración. Hasta el punto de que
incluso los responsables de la diócesis han anulado las misas que el año pasado
se celebraron en homenaje a las víctimas, por temor a “repercusiones políticas”.
Durante
tres décadas, decenas de miles de hongkoneses acudían en esta fecha al Parque
Victoria para, a la luz de millares de velas, entonar cantos de homenaje a las
víctimas de 1989 y escuchar los discursos de las Madres de Tinanmen que
perdieron a sus hijos en la represión. Pero, con el pretexto de la pandemia,
desde 2020 las autoridades del territorio, fieles a las consignas de Pekín, han
prohibido por segunda vez la cita.
Según
la información publicada este 4 de junio de 2022 en el diario francés Le Figaro,
la policía de Hong Kong ha detenido a
varias personas sospechosas de intentar organizar conmemoraciones públicas en
el 33 aniversario de la represión del movimiento pro-democracia en Pekín.
Periodistas que se encuentran en la isla aseguran haber
visto como la policía se llevaba al menos a una docena de personas, entre las
que se encontraba el activista Yu Wai-pan, de la Liga de los Socialdemócratas
(LSD). Yu u otros dos miembros de su partido, llegaron al centro comercial de
Causewau Bay y permanecieron parados, en silencio, llevando unas máscaras con
una cruz en la boca.
Poco
después, fueron detenidos cuando se dirigían al Parque Victoria, lugar habitual
de las concentraciones, donde ya se encontraban varias personas que se
alumbraban con la luz de los teléfonos móviles. La policía no ha facilitado cifras
de detenciones, pero sí ha precisado que entre ellos se encuentra una mujer de
80 años, detenida por “obstrucción a la fuerza pública”.
En la noche del 3 al
4 de junio de 1989, en uno de los momentos más emblemáticos de la lucha por las
libertades de la histria reciente, los tanques chinos ahogaron en sangre el
movimiento pro-democracia que estaba creciendo considerablemente en la capital
china. Imposible olvidar nunca la imagen de aquel hombre solo que, llevando una
bolsa de plástico en cada mano, desafió a una columna de poderosos tanques en
la Plaza de Tiananmen. Mientras las cámaras de las televisiones inmortalizaban
el momento, que se difundió en todo el mundo, el hombre levantó su mano derecha
en un gesto con el qure pedía a los tanques que se pararan. Y durante un
instante lo logró.
Esa noche el mundo presenció como los tanques chinos
se desplegaban en la Plaza de Tianamen para reprimir violentamente un
movimiento inédito a favor de la democracia. Cientos, quizá miles –imposible verificarlo-
de personas murieron cuando el ejército disparó sobre los estudiantes y
trabajadores que llevaban varias semanas reclamando reformas políticas. En los
días siguientes a la represión, las autoridades chinas publicaron una lista de
21 personas “buscadas” por haber participado en la organización de las
manifestaciones. Muchas de ellas se exiliaron entonces, otras lo han hecho a lo
largo de los años transcurridos.
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