lunes, 20 de junio de 2022

El gobierno británico ha dado el visto bueno a la extradición de Julian Assange a Estados Unidos.


Julian Assange va a ser extraditado a Estados Unidos para responder a las acusaciones de Espionaje. Priti Patel, ministra de Interior británica, ha decidido el pasado jueves la suerte del fundador de Wikileaks al  poner fin a una batalla que ha durado diez años firmando una orden por la que Julian Assange tendrá que comparecer ante los jueces estadounidenses.  

 

Assange dispone de catorce días para apelar esta decisión que  Wikileaks ha calificado de « día negro para la libertad de prensa y la democracia británica ».

 

« Cualquier persona que en este país se preocupe por la libertad de expresión –sigue el comunicado- debería sentir una profunda vergüenza de que la ministra de Interior haya aprobado la extradición de Julian Assange a Estados Unidos (…) Julian no ha hecho nada mal, no ha cometido ningún delito y no es un delincuente. Es un periodista y le castigan por hacer su trabajo. Priti Patel tenía poder para hacer lo necesario, y en lugar de eso quedará para siempre en nuestras memorias como una cómplice de Estados Unidos en su programa para transformar el periodismo de investigación en un asunto criminal”.

 

Assange se encuentra actualmente detenido en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, en Londres, donde lleva desde abril de 2019 cuando fue detenido en la embajada de Ecuador, después de que el presidente Lenin Moreno le retirara el asilo político que le había concedido, en agosto de 2012, el anterior presidente, Rafael Correa.

 

Assange se hizo famoso en 2010 cuando Wikileaks publicó cientos de miles de informaciones clasificadas sobre las guerras de Irak y Afganistán, proporcionadas por el entonces analista del servicio de inteligencia del ejército estadounidense, Bradley Edward Manning, hoy reconvertido en Chelsea Manning.  En 2019,  el gobierno de Estados Unidos inculpó a Assange en aplicación de ley de espionaje de  2017 lo que provocó las críticas de los grandes diarios, como el New York Times o el Washington Post, que escribieron que se trataba de un ataque contra la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos que consagra la libertad de expresión como un derecho fundamental.

 

Para el portavoz del Home Office británico, la decisión de extraditar a Assange « no es incompatible con los derechos humanos, y entre ellos el de un proceso justo y la libertad de expresión ». Este mismo portavoz cree que « en Estados Unidos será tratado de manera apropiada, sobre todo en lo que se refiere a su salud ».  

 

Una afirmación con la que no está de acuerdo la esposa de Assange, Stella, quien asegura que “si le extraditan a Estados Unidos, las condiciones en que se encontrarán será opresivas (…) lo que podría empujarle a suicidarse”.

 

Por su parte, diferentes organizaciones  internacionales de defensa de la libertad de prensa se han manifestado en contra de la extradición temiendo que en Estados Unidos a Julian Assange se le someta a condiciones de asilamiento en la cárcel que agravarían el riesgo de un suicidio, Para Agnés Callamard, secretario general de Amnistía Internacional, la extradición de Assange “enviará un mensaje terrorífico a los periodistas de todo el mundo”.

 

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