El periodista Dmitri Mouratov ha vendido la medalla del Premio Nobel para ayudar a los niños ucranianos

Dmitri Mouratov, Wikipedia

Dmitri Mouratov, redactor jefe del periódico ruso de investigación independiente Novaya Gazeta, ha subastado este lunes, 21 de junio de 2022, su medalla del Premio Nobel de la Paz, consiguiendo 103,5 millones de dólares que ha entregado a Unicef  (la agencia de la ONU que se ocupa de la infancia) para ayudar a los niños desplazados por el conflicto en Ucrania, según la firma Heritage Auctions que se ha encargado de la subasta..  

 No se conoce la identidad del comprador, que ha licitado por teléfono. Dmitri Mouratov ganó el Premio Nobel de la Paz en 2021, ex aequo con la periodista filipina Maria Ressa, por « sus esfuerzos tendentes a preservar la libertad de expresión », según consta en el acta del Comité Nobel.

 A finales del pasado mes de marzo el periódico Novaya Gazeta anunció que, hasta que no termine la intervención rusa en Ucrania,  suspende sus publicaciones online, así como la edición rusa en papel. Dmitri Mouratov, su redactor jefe, forma parte del grupo de periodistas que lo fundaron en 1993, tras la caída de la Unión Soviética. Hasta el cierre, Novaya Gazeta –famosa por sus investigaciones sobre la corrupción y las violaciones de los derechos humanos en Chechenia-  ha sido la última publicación que se ha atrevido a criticar al presidente ruso, Vladimir Putin.

 Un compromiso que ha costado la vida a seis de sus periodistas desde los años 1990, entre ellos Anna Politkovskaya, asesinada en 2006 en la entrada de su domicilio, a cuya memoria Dmitri Mouratov dedicó el Premio Nobel: “El mensaje más importante hoy –ha dicho Mouratov en un mensaje de vídeo publicado por Heritage Auctions- es que la gente comprenda que hay un conflicto y que tenemos que ayudar a quienes más lo sufren, los niños de las familias refugiadas”.

 A principios del pasado mes de abril, cuando se disponía a viajar en tren de Moscú a Samara para visitar a su madre,  Dmitri Mouratov fue atacado por un desconocido que le arrojó al torso y la cara una mezcla roja de pintura al óleo y acetona, provocándole quemaduras en los ojos. El atacante gritó: “Mouratov, es por nuestros hijos”. El tren retrasó su salida media hora para que el periodista pudiera lavarse y recibir los primeros cuidados médicos

 El 7 de abril de 2022, los periodistas de Novaya Gazera que se han exiliado y se encuentran fuera de Rusia anunciaron la puesta en marcha de una nueva publicación –“Novaya Gazeta Europe”-, que se editará en varias lenguas y estará dirigida por Kirill Martinov. Los fundadores han precisado que no se trata de una filial del periódico original, sino de una iniciativa independiente.

 

El asesinato de Anna Politkovskaya

 

Anna Politkovskaya, foto Amnistía Internacional

El 7 de octubre de 2006, la periodista de Novaya Gazeta Anna Politkovskaya, de 48 años,  fue asesinada a balazos en la entrada de su domicilio en Moscú. Si bien se produjeron algunas detenciones y condenas de quienes participaron en su ejecución, la justicia rusa no ha encontrado nunca al autor intelectual del asesinato. Lom Ali Gaitoukayev, condenado a cadena perpetua como “organizador” del asesinato de la periodista, falleció en la cárcel en 2017.

En julio de 2018, el Tribunal Europeo de Derechos  Humanos, al que recurrió la familia, condenó a Rusia  por violar el artículo 2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos sobre “el derecho a la vida”. Las autoridades rusas fueron condenadas a pagar 20.000 euros a la madre, la hermana y los hijos de la periodista asesinada, por “perjuicios morales”.

Anna Politkovskaya era célebre por haber cubierto el conflicto checheno y denunciado las exacciones rusas cometidas durante la segunda campaña contra los rebeldes (1999-2000), y por sus investigaciones sobre el poder, la corrupción y las mentiras de los responsables políticos, incluido el  presidente Putin. Cuatro días después de su asesinato, Vladimir Putin, de visita en Alemania, declaró: “Si, es cierto que esa periodista tenía la costumbre de criticar a las autoridades federales. Yo pienso que debía saber que sus escritos no podían quedar sin consecuencias”.