No hace muchas fechas, reseñábamos el estreno de la última
película del director francés Xavier
Gens (“Hitman”, “Frontieres”), “La piel fría”, una historia de seres acuáticos
traslúcidos que molestan a dos hombres parapetados en un faro. Ahora llega a
las pantallas españolas “The crucifixión”, producción también de 2017, thriller
de horror –como no podía ser de otra manera- escrito por los hermanos Carey y
Chad Hayes, sobre una historia al parecer real ocurrida en Rumania, en un
pueblo cercano a Bucarest, donde una joven monja ortodoxa esquizofrénica murió
crucificada en el transcurso de un ritual exorcista llevado a cabo por el
sacerdote Daniel Corogeanu, un caso que conoció una cierta repercusión
internacional en 2004l.
La actriz Sophie Cookson (“Kingsman, Servicios Secretos”)
hace el papel de la periodista neoyorquina Nicole Rawlins, quien viaja a
Rumania para investigar el caso, en este drama de posesión demoniaca, malo y en
el que el terror no es como lo anuncian: apenas unos cuantos tópicos del
género, unas caretas de cadáveres que bien podrían servir para la noche de
difuntos que se avecina, unos cuantos decilitros de pintura roja, las puertas
que se abren y cierran solas, los visillos que flotan al viento…nada nuevo,
nada que pueda producir temblores o pesadillas. Mi teoría es que las películas
de miedo, si no dan miedo no son nada. Y esto es lo que le ocurre a “The
crucifixión”.
Falta de intensidad y de auténtico terror, la película va
decayendo a medida que pasan los minutos y termina en aburrimiento. A la
periodista no hay quien se la crea; las monjas cómplices del asesinato parecen
inducidas, y un poco idiotas también para estar en 2004, y el sacerdote autor de la carnicería un
ninot de falla de cartón piedra.
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