“En el peor de los casos es una
película escandalosa y abyecta; en el mejor, extremadamente estúpida”. (Les
Inrok’s)
Con la excusa de
hacer una crítica mordaz de la intelectualidad de la izquierda parisina (eso que los franceses llaman “la gauche
caviar” y que el realizador Philippe de
Chauveron personifica en el filósofo Bernard-Henri Levy), Chauveron se ha liado
y lo que le ha salido es una película que roza el racismo en su tratamiento de todos
los tópicos que se aplican a los gitanos, roms quieren ser llamados, (suciedad,
promiscuidad, discriminación de las mujeres, vejatorias tradiciones
ancestrales…), protagonizada por Christian Clavier (“Los
visitantes no nacieron ayer”, “Astérix y Obélix contra César”), Ary Abittan (“Dios mío, ¿Pero qué te hemos hecho?”) y Elsa Zybersetein (“Primavera en Normandía”).
Después de ver un debate televisivo, en el
que “la gente termina por decir bobadas
y sinsentidos”, los guionistas se inventaron el personaje del burgués
parisino, un escritor muy mediático
autor del libro “Con los brazos abiertos” que trata el asunto de la acogida de
refugiados y que, frente a un político de extrema derecha que le reta, acaba
dando la dirección de su casa para “hacer lo que preconiza en su obra”. Hasta
que un día tocan al timbre de la verja que rodea su suntuosa villa, en un
elegante reducto de las afueras de la capital francesa, y se ve obligado a
acoger a una familia rom que instala la caravana en su jardín.
Lejos de provocar la hilaridad pretendida , esta comedia –que como
las de los apellidos de por aquí ha sido un taquillazo en Francia, porque nada
resulta más gratificante al ser humano conservador que revolcarse en sus
propias miserias- lo que consiguió en su estreno fue concitar las críticas negativas
de especialistas (que no la habían visto antes), una parte del público y las
asociaciones de defensa del pueblo gitano, que la han tratado abiertamente de
racista y nauseabunda al dar “la imagen detestable de una comunidad ampliamente
estigmatizad de antemano” (Le Parisien/Aujourd’hui en France). Para el diario
belga “Le soir”, es una película “nada divertida, incluso peligrosa”.
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