jueves, 5 de mayo de 2016

Freeheld, un amor incondicional: cine militante y fallido


Enferma de un cáncer de pulmón en fase terminal, la condecorada policía de Nueva Jersey Laurel tiene un solo deseo: que su pareja de hecho, la joven Stacie, pueda cobrar su pensión. Pero los responsables del condado de Ocean le niegan ese derecho. Apoyada por una asociación que lucha por la igualdad de derechos para las parejas homosexuales, el combate de Laurel y Stacie terminará consiguiendo un cambio en la legislación. “Freeheld” es la versión ficticia de un documental, con idéntico argumento, ganador de un Oscar en 2007.

Dirigida por Peter Sollet (“No sin ella”, “Nick y Nora, una noche de música y amor”) y protagonizada por Julianne Moore y Ellen Page, “Freeheld, un amor incondicional” está basada en historia de amor de Laurel Hester (Julianne Moore, “Las horas”, “Boogie Nights”) y Stacie Andrée (Ellen Page, “Juno”, “X-Men: Días del futuro pasado”). El detective Dan Wells (Michael Shannon, “Cecil B De Mented”, “Midnight Special”), compañero de carrera de Laurel, y el activista Steven Goldstein (Steve Carrell, el inconmensurable jefe de la serie “The Office”, “La gran apuesta”, “Foxcatcher”) se unen en la defensa de la pareja, consiguiendo que oficiales de policía y ciudadanos apoyen la lucha de ambas mujeres.

Melodrama aceptable de una historia con mejores intenciones que resultados, interpretada por dos actrices perfectas en una película muy americana, muy clásica, sobre un tema social y la defensa de una causa justa, lo mismo que el una vez más excelente Steve Carrell, en el personaje del abogado judío y gay militante del matrimonio homosexual, que se presenta en los juicios acompañado de una fanfarria de tambores, trompetas y pancartas. Sin ninguna duda, lo más interesante son los distintos momentos y matices de esa lucha para que las parejas de personas del mismo género puedan conseguir una igualdad que el estado les niega y que, paradójicamente, encabezan dos hombres junto a la pareja protagonista.

Y dicho lo anterior, y pese a las buenas intenciones de todos cuantos han participado, a la película le falta brío, alma, carga emotiva; probablemente ha prevalecido la intención del realizador de no convertirla en una historia de amores lésbicos y le ha salido una historia simplista. A pesar de la carga potencialmente emocional de temas tan fuertes como el amor, la enfermedad y la discriminación, “Freeheld, un amor incondicional” carece tanto de ambición creativa como de la fuerza de un documental. La verdad es que me habría gustado poder decir que es una buena película.



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