De la
guerra de Corea a la de Vietnam, pasando por la explotación minera en Alemania,
Oda a mi padre es una película surcoreana tipo odisea patriótica, una historia
dramática realizada por Yoon Je-Kyoon, que recorre la historia moderna del
país, desde 1950 hasta nuestros días, a través de la vida de un hombre
ordinario y su familia. As
its title suggests, is Youn's tribute to the steeled
will of survival of his parents' generation. Como indica el título, Oda a mi padre es un homenaje del
realizado a la fortísima voluntad de supervivencia demostrada por la generación
sus padres y, sobre todo, la evocación de un pasado en el que algunos valores fundamentales primaban por encima de todo.
En una entrevista con la publicación Corea en Tiempo Real, el director Yoon
Je-Kyoon declaró que su padre falleció cuando él estudiaba en la universidad y
que la idea de a película le llegó de repente, en 2004, cuando nació su primer
hijo.
The
epitome of all this lies in Doo-suk ( , ), a
Korean equivalent of Forrest Gump seen as navigating the breakup of his family
during the mass exodus of northern families to the US-controlled south during
the Korean War in 1950, stints working in German coal-faces in the 1960s and in
markets in war-torn Vietnam in the 1970s, and finally his tortuous mission of
finding his lost father and sister in the 1980s.En un frío día del invierno de 1950,
durante la evacuación de una ciudad portuaria de Corea del Norte, un niño pasa
a convertirse en el responsable de su madre y hermanos, tras la desaparición
del padre que no sube al barco porque está buscando a una de sus hijas, perdida
entre la multitud que se agolpa en el muelle. Antes de separarse, el padre hace al niño
responsable, a partir de entonces, de la
seguridad de la familia.
La vida del protagonista, como el camino recorrido por Corea del Sur desde
la pobreza más mísera a la actual riqueza tecnológica, engloba varios importantes acontecimientos: la
evacuación, en plena Guerra de Corea, de
14.000 refugiados de la ciudad de Hungnam en el carguero estadounidense SS
Meredith Victoire, la masiva emigración a Alemania de mineros del carbón y
enfermeras, y la participación del ejército del país en la Guerra de Vietnam.
En la Guerra de Corea, contienda civil
entre 1950 y 1953, murieron un millón de personas, diezmando la población del
país. En las siguientes décadas, los surcoreanos fueron construyendo lo que hoy
es una de las 15 primeras economías del planeta, haciendo que el país pasara de
receptor de ayuda extranjera a donante en los últimos conflictos.
Toda esa historia es la que actúa como
telón de fondo en Oda a mi padre, drama histórico y personal que comienza en la
actual ciudad de Busan, segunda urbe del país, donde el protagonista, Duk-soo
es un anciano enfermo. Un salto atrás en el tiempo para llevarnos a la infancia
del personaje, y el día en que, al comienzo de la guerra, perdió a su hermana menor en la carrera por
el puerto para subir al barco que les llevaría al Sur. En ausencia del padre,
Duk-soo se convierte de facto en el jefe de la familia y toda su vida estará
marcada por la responsabilidad de tener
que subvenir a las necesidades de su madre y hermanos.
“Apoyándose fuertemente en la familiaridad
de los espectadores nacionales con el simplista y mítico relato histórico del
paso de Corea del Sur a la prosperidad en la posguerra, la película ha
fascinado a diez millones de coreanos que perdonan defectos tales como la
manipulación de algunos detalles (como el que aparezcan signos checos en una
escena de calle que supuestamente sucede en Alemania)” (de la reseña en una
revista digital coreana).
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