viernes, 24 de octubre de 2014

Coherence, ciencia ficción en estado casi puro



Decididamente, la ciencia ficción no es lo mío. Sin embargo, pese a no gustarme el género y no entender muchas de las películas, siempre estoy dispuesta a ceder la palabra a quienes sí parecen haber llegado al meollo del tema propuesto por el realizador, los guionistas, el montaje… incluso la música y el sonido ambiental, porque muchas obras de sci-fi son a la vez thrillers, historias de misterio y suspense, o cuentos de terror. Lo anterior viene a cuento de Coherence, primer largometraje del director estadounidense James Wird Byrkit, conocido hasta ahora por haber estrenado en 2011 la película Rango. Antes era escritor, guionista y un apreciado realizador de story-boards para otros colegas.

Porque Coherence ha recibido los suficientes aplausos de la crítica internacional más especializada como para recomendarla (aunque sin compartirlos) a los amantes del género que van a encontrarse con “una seductora idea inicial” y “una historia agradablemente contada hasta el final”, en una humilde película independiente llevada cabo casi sin medios, rodada en cinco noches, con actores curtidos en series televisivas y amigos del director que pasan la mayor del tiempo improvisando, casi siempre sin salir del salón de la casa del realizador, y sin un guión que seguir fielmente. Respecto a esto último, lo que yo he apreciado es un mareante rodaje “cámara en mano” y unos diálogos a veces más incoherentes que otra cosa. Pero insisto en que yo no estoy preparada para este tipo de obras porque Coherence ha ganado el Premio al mejor Guión en el Festival de Sitges y ha cosechado aplausos en el Fant de Bilabo y en Amsterdam, certámenes todos ellos muy especializados.

Esos mismos críticos que consideran que están ante «una pequeña joya» evocan, a la hora de establecer comparaciones, la ya añeja serie televisiva Twilight Zone (1) como un referente a tener en cuenta y, en particular, un episodio titulado algo así como “Los monstruos de la calle Maple”, donde un bloque entero de vecinos va cayendo progresivamente en el caos a partir del momento en que se quedan sin luz tras el paso de un objeto volante no identificado.

En el caso de Coherence, el objeto está perfectamente identificado, se trata de un cometa que pasa muy cerca de la tierra, en concreto de Los Angeles, donde se celebra una cena de ocho amigos que recuerdan lo que ocurrió años atrás, en 1923, en Finlandia, cuando el paso de un cometa desorientó a todos los habitantes de un pueblo, algunos de los cuales tuvieron comportamientos muy extraños. ¿Se va a repetir la historia? Como en algunas obras del teatro del suspense más clásico, los actores no abandonarán el escenario más que en contadas ocasiones, al poco de reunirse los amigos la casa se quedará sin luz, los teléfonos móviles dejarán de funcionar y empezarán a suceder cosas imprevistas que, según la explicación de algunos de los comensales, son causadas por alguien que actúa con la complicidad de residentes malévolos de la zona. Para aumentar la confusión, en un sobre aparecen fotos antiguas en las que sin embargo aparece uno de los comensales con la ropa deportiva que se ha comprado ese mismo día…es evidente que la cercanía del cometa ha modificado la realidad del relato.

Y en ese punto es cuando aparece un manual de física y en la conversación se introduce el término de la “decoherencia cuántica” (2), y en particular el concepto de la existencia simultánea de universos paralelos poblados por distintas versiones de nosotros mismos: ¿qué pasaría si se borraran las fronteras que existen entre esos universos? ¿De todas las versiones, somos nosotros la más inteligente? Lo que da origen a conversaciones interminables e incluso confesiones no previstas, del tipo “incluso aunque haya un millón de realidades distintas, yo me habré acostado con tu mujer en todos ellos”.

Película claustrofóbica del tipo “aquí hay alguien más” que no estaba invitado a la cena, Coherence es un vertiginoso ejercicio intelectual acerca de la condición humana y la ambivalencia de los seres, un rompecabezas de las posibles distintas realidades existentes, una exposición de las personas como marionetas movidas siempre por una gran mano invisible, un diálogo a ocho voces sobre física, metafísica y ética.


(1) The Twilight Zone (Zona crepuscular), conocida en España como En los límites de la realidad (y en otros lugares como La quinta dimensión) fue una serie de televisión estadounidense especializada en el género de ciencia ficción, fantasía y terror, de la que se grabaron 156 episodios en cinco temporadas (entre 1959 y 1964), creada por Rod Serling, quien también fue la voz narrador. El éxito de la serie original llevó a un remake en los años ’80 y otro en 2000, además de dos películas, series radiofónicas, un cómic, una revista y un merchandising completo de objetos alusivos.

(2) Según los manuales, la decoherencia cuántica es una teoría susceptible de explicar la transición entre las reglas físicas cuánticas y las reglas físicas clásicas, a nivel macroscópico.



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