“-Somos culpables?
-No,
pero sí responsables”
“La terra negra”, drama rural protagonizada por Sergi López y Laia Marull, estrenada en el último Festival de Málaga y pasada por el Chicago Latino Film Festival en Estados Unidos, es el último trabajo del vallisoletano Alberto Morais (“La Madre”, “Las Olas”, “Los chicos”).
Después de muchos fuera,
durante los cuales cursó estudios universitarios y después trabajó como
administrativa y profesora, María regresa al pueblo para ayudar a su hermano Ángel
–un tipo al que los amigos consideran bastante negado- en los trabajos en el molino, heredado de su padre y sustento de
varias generaciones familiares. Aislada del mundo y marcada por su pasado, su
vida encuentra nuevos alicientes con la llegada de Miquel, un hombre reservado
como ella al que contratan para ayudar en el trabajo, con un pasado carcelario
por un asunto de drogas y con el que conecta casi inmediatamente. Juntos, desde
el silencio y el trabajo diario, emprenden un sutil viaje de redescubrimiento
personal.
Sergi López, actor catalán que ha desarrollado gran
parte de su trayectoria profesional en Francia -desde donde obtuvo un gran
reconocimiento internacional que llegó a valerle, en 2000, el Premio César al
Mejor Actor por su papel en “Harry, un amigo que os quiere”; premio revalidado
posteriormente por el nombramiento de Mejor Actor Europeo del año- interpreta a Miquel, mientras la catalana Laia
Marull (ganadora de la Concha de Plata como
mejor actriz en San Sebastián 2003 por “Te doy mis ojos”, y de tres
Goyas en 2000, 2003 y 2010, por sus
interpretaciones en “Fugitivas”, “Te doy
mis ojos” y “Pa negre”) es María. Forman
parte del resto del elenco de esta
historia declaradamente neorrealista Andrés Gertrúdix (“Morir”, “¡García!”) y Hwidar Abdelatif (“Élite”).
“La terra negra” (1) es una historia árida, hermética y muy humana. Una
suerte de western rural en el que los personajes son introvertidos y silenciosos,
los diálogos se llevan a cabo a base de monosílabos, el trabajo es sacrificado
y la posesión de las tierras, generadora de una violencia soterrada que marca
gran parte de los acontecimientos, es el
objetivo final.
En esta película, intensa y negra como la tierra del título, rodada en
catalán (modalidad valenciana) en alguna localidad catalana del interior, los
hombres arrastran rencores que les dominan y desconfían de los otros, las
mujeres trabajan como los hombres, que además las maltratan y el bar –donde se
intercambian cotilleos y se planifican venganzas- es el centro de la vida del
pueblo y el escenario de la confrontación social que está siempre latente. No importa
si el grupo celebra un cumpleaños o se pone de acuerdo para un desquite: nadie
confía en nadie, cualquiera de ellos puede dar rienda suelta a la rabia
acumulada, y matar o violar.
(1) “La terra negra” está en la cartelera madrileña desde este viernes
29 de agosto de 2025.
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