“Aquel verano en París” (“Le rendez-vous de l’èté”), un viaje solitario en una ciudad literalmente ocupada por turistas y deportistas, se estrenó en la pasada Berlinale y fue la triunfadora de la 40 edición del Festival Internacional de Cine de Valencia- Cinema Jove alzándose con el premio Luna de Valencia al Mejor Largometraje. La ópera prima de la directora, guionista y actriz Valentine Cadic recibió el máximo galardón de la muestra “por su honestidad emocional y su capacidad para encontrar poesía en lo cotidiano”.
Protagonizada
por Blandine Madec (“Les grandes vacances”), India hair (“Mandíbulas”) y Arcadi
Radeffy, nos lleva hasta París en plena euforia olímpica: un París que ha
experimentado una metamorfosis hasta el punto de resultar acogedor, festivo, salpicado
por innumerables banderolas coloreadas que marcan los lugares en que pueden
seguirse las competiciones; pero también un París en manos de las distintas policías,
invadido de mecanismos dedicados a la vigilancia masiva, que ha expulsado de
sus principales calles a los indeseables, pobres y sin techo, “de acuerdo con
un conjunto de reglas de seguridad tan absurdas como rígidas”
Blandine
(el personaje lleva el mismo nombre que la actriz que lo interpreta), una treintañera
profesora de piano abandonada por su
pareja que debía acompañarle, llega desde Normandía con intención de ver las
competiciones de natación –y en especial para ver a una nadadora francesa que
es su ídolo desde que la escuchó hablar de salud mental en el deporte-, reencontrarse con su hermanastra Julie a la
que no ha visto en diez años, y conocer a su pequeña sobrina Alma.
Desde
el principio, todo parece haberse puesto en contra de Blandine, cuando un
vigilante le impide entrar en el recinto a causa del tamaño de su mochila. Blandine
se pasea por París, se pierde en el laberinto de sus calles, conoce gente,
observa.
Desorientada
por el ritmo frenético de la capital, Blandine pasea su soledad y su torpeza por
los lugares donde han instalado pantallas para seguir las competiciones, pasa
junto a las multitudes, entabla conversación con algunas personas –el ex de su
hermana, alguien con quien comparte litera en el albergue que, a pesar de tener
confirmada la reserva, tiene que abandonar por cumplir el día de su llegada 31
años, la edad límite permitida en el establecimiento,; un electricista que
trabaja en el mantenimiento de las piscinas…- hasta acabar en una comisaría,
detenida por encontrarse casualmente junto a una mochila repleta de panfletos
contra los organizadores de los Juegos, donde desconcierta al policía que le interroga
con su candidez e ignorancia de los hechos que le atribuye.
Nada
parece afectar a la inocente Blandine que entre reencuentros, dudas y
descubrimientos, convierte su viaje en una oportunidad inesperada para
reconectar consigo misma. Combinando ficción con documentales
variados relativos a París durante los Juegos Olínpicos del verano de 2024, la
realizadora Valentine Cadic -en la estela de las películas del fallecido Eric
Tohmer- ha conseguido, en su debut en el largometraje, escribir la crónica de un
tierno y entretenido romance estival que reflexiona sobre los vínculos
familiares y los reencuentros que excitan y decepcionan a la vez:
“Partí
de un guion –ha explicado- que se tuvo que adaptar totalmente a la ciudad y a
los cambios que nos pedía el contexto que estábamos viviendo, pero manteniendo
la historia de Blandine en todo momento (…) En el cine, las jóvenes solitarias
suelen asociarse con el drama o el peligro. Me interesaba explorar esa soledad,
retratar a esas mujeres que superan la treintena sin ajustarse a las
expectativas sociales(…) Ella no teme su coledad. Su fuerza y comicidad nacen
de sus torpezas, su lucidez, su manera de observar el mundo desde un lugar
distinto”
(¡) “Aquel verano en
París” puede disfrutarse en los cines de Madrid desde este viernes 8 de agosto
de 2025.
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