“La obra está,
como es habitual en Villena, llena de referencias literarias, cargada de
eruditismo y busca, sobre todo, que en una época en que los límites de la
sexualidad se están una vez más redefiniendo, el lector se pregunte acerca de
lo perverso: qué conductas o prácticas pueden ser así calificadas, dónde acaban
el deseo y la fantasía y comienza lo “monstruoso”, y qué papel juega en todo
ello el consentimiento”. (mundocrítico.es)
En noviembre de 2018, la
editorial Drácena ha publicado una reedición aumentada de “El libro de las perversiones”, un entretenido
ensayo de Luis Antonio de Villena editado en 1992, acerca de las prácticas
sexuales que la sociedad bienpensante considera “anormales”.
Sin ningún afán didáctico, más bien con
intención histórica y descriptiva, el autor repasa los comportamientos
sexuales que escapan a los considerados
habituales (para según qué colectivos sociales todo lo que va más allá de la
postura del misionero entre un hombre y una mujer unidos legalmente),
apoyándose en quienes lo hicieron antes que él, como el celebérrimo Marqués de
Sade o el también conocido historiador, escritor y periodista austriaco Leopold
von Sacher-Masoch, y algunos otros autores no tan divulgados como el novelista
británico Algenon Charles Swinburne, el poeta parisino Jacques Adelswärd-Fersen,
homosexual y dandy como Villena y aristócrata por familia o el también
ensayista y académico francés Henry Millon de Montherlant, y el pintor Balthus .
Descartando intencionadamente el
incesto (él sabrá por qué) y dejando a un lado la pederastia que en el extenso
capítulo dedicado a esta práctica el autor asimila más de una vez con la paidofilia (para el esteta que es
Villena la palabra pedofilia es fea y grosera), y que evidentemente implica
algún tipo de violencia por tratarse de una relación entre desiguales, el resto
de las “perversiones” (sadismo, masoquismo, la unión de ambas, fetichismo,
travestismo, etc.) -que algunos moralistas consideran “desviaciones” de “lo
natural”, todo ello muy cuestionable, y la ortodoxia cristiana “vicios” cuando
no “enfermedades”-, nos repite el autor en las 160 páginas del libro, dejan de serlo cuando se trata de prácticas
consentidas entre seres humanos adultos y conscientes (lo que también excluye el bestialismo y no
sé si la necrofilia, pero me imagino que sí) que hacen realidad sus fantasías y
deseos con el objetivo de alcanzar cotas altas de placer, lo que evidentemente
no perjudica a nadie más porque solo implica a los oficiantes. El autor también
advierte de que extremar algunas de las perversiones estudiadas puede resultar
peligroso.
El Libro de las perversiones
ISBN : 8494906704
166 páginas, 14,95€
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