“Cuando la guerra no mata a los hombres los destroza por dentro” (Nicolas Schaller, NouvelObs)
“El collar rojo” ("Le collier rouge"), de Jean
Becker ( hijo de Jacques
Becker,uno de los grandes cineastas franceses, "Unos días para recordar", "La
fortuna de vivir", "Conversaciones con mi jardinero"),
basada en la novela del mismo nombre de Jean-Christophe Rufin, quien ha colaborado
con el director en el guion, es una
historia del primera guerra mundial con un perro increíble como protagonista, aunque no es así como se promociona:
la versión oficial habla de tres personajes. Un juez militar, un soldado, héroe
condecorado que espera su sentenia en el calabozo de un pueblo, y una campesina
que espera la resolución del caso. Y, en medio, un perro que es la clave del
drama.
En un pueblo pequeño, en el verano
de 1919, un soldado condecorado con la Legión de Honor por su valentía en la
contienda que acaba de finalizar (Nicolas Duvauchelle, “Te Wedding Planner”,
“Polisse”), espera en el calabozo de un
cuartel desierto una sentencia, que puede ser de varios años, al tiempo que se
niega a ver a la mujer que ama y su perro cesa de ladrar día y noche apostado frente
a la puerta. No lejos de allí, una chica enamorada que trabaja sus tierras (Sophie Verbeeck,
« Marussia », « Parenthèse »), lee a los clásicos y tuvo un
romance con el soldado, vive pendiente de su futuro. El tercer personaje es el
juez (François Cluzet, “Intocables”, « No se lo digas a nadie »,
« Médecin de campagne »), un aristócrata al que la guerra ha hecho
dudar de sus principios. El incidente que motivó la detención y el juicio del
soldado no se revelará hasta el final.
El centenario del armisticio de
1918, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, ha dado origen a la producción
de unas cuantas películas para que la memoria no olvide una conflagración como
nunca había ocurrido antes y como no volverá a repetirse jamás, con sus
trincheras encharcadas, sus enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre soldados
armados con bayonetas, sus tanques que pasaban por encima de minas que
estallaban y con todos aquellos miles de heridos que en los años siguientes
pedían limosna en las calles de Europa,
ciegos o con las piernas amputadas, y cuya tragedia provocó el nacimiento de
los primeros movimientos antimilitaristas y pacifistas. “El collar rojo” es la
última que nos llega de Francia, después de “Au revoir là haut” y “Les
Gardiennes”.
“El collar rojo” aprovecha un caso de conciencia para hablarnos del
horror de la guerra y sus distintas caras. Un sencillo drama sentimental, muy
bien interpretado y muy bien filmado en un ambiente vintage, con escenas de
combate, bastantes flash-back y acertada descripción de una Francia traumatizada.
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