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Detención de Protasevich en Minsk |
En su primera reunión presencial
celebrada en varios meses, los 27 países
miembros del Consejo de Europa reunidos en Bruselas ayer lunes, 24 de mayo de 2021, decidieron
cerrar su espacio aéreo a los aviones bielorrusos como sanción al régimen
dictatorial de Alexandre Lukachenko, responsable de desviar el día anterior un
vuelo de la compañía irlandesa Ryanair -que hacía el trayecto Atenas- Vilna- al
aeropuerto de la capital, Minsk, con la excusa de que había una bomba a bordo y
el único objetivo de proceder a la detención del periodista bielorruso disidente
Roman Protasevich,de 26 años, exiliado en Lituania desde 2019 y acusado en su
país de ser uno de los organizadores de las manifestaciones de agosto de 2020,
en las que se rechazó la elección de Lukachenko, en el poder desde 1994, para un sexto mandato.
En su comunicado, El Consejo
europeo “condena firmemente el aterrizaje forzado de un avión de Ryanair en
Minsk (…) como un atentado contra la
seguridad aérea, y la detención por las autoridades bielorrusas de Roman
Protasevich”.
Los gobiernos de Polonia y
Lituania ya se habían adelantado a la medida prohibiendo que los aviones de
compañías bielorrusas transiten por sus respectivos espacios aéreos. Igualmente,
los mandatarios europeos exigieron al
dictador Lukachenko la inmediata puesta en libertad del joven periodista
detenido quien, a últimas horas de la noche de ayer apareció en la televisión
oficial bielorrusa reconociendo su participación en las protestas del pasado
verano y asegurando que está colaborando con la justicia del país.
Los presidentes de la Unión
Europea exigen también la libertad de la novia del periodista, Sofia Sapega, estudiante
rusa de la Universidad Humanitaria Europea de Vilna, detenida como él por los
servicios secretos de la seguridad de Bielorrusia (KGB), en el avión que les
trasladaba a su residencia de Vilna desde Atenas, donde habían asistido a una
conferencia de la líder de la oposición bielorrusa y ex candidata a la presidencia del país, Svetlana
Tijanovskaya, exiliada también en Lituania.
Todo parece indicar que en el avión de Ryanair en que viajaba
la pareja iban también miembros del KGB bielorruso quienes, tras la detención
de los jóvenes, no regresaron para continuar el vuelo. Al parecer, el propio
Protasevich se había percatado de su presencia por lo que, en el momento en que
el comandante anunció que iba a efectuar un aterrizaje de emergencia en Minsk,
entregó a la joven su teléfono móvil y su ordenador ante el temor de que el
anuncio de bomba fuera una estratagema para detenerle .
Además, el Consejo de Europa ha pedido a la Organización
de la aviación civil internacional (OACI) que investigue el « incidente
sin precedentes e inaceptable » y ha pedido que « se amplíe en lo
posible la lista de entidades y responsables” de Bielorrusia que son objeto de
sanciones europeas que en este momento afectan a 88 ciudadanos del país, entre
los que se encuentra el presidente Lukachenko, y siete entidades, que tienen
prohibido viajar por la UE y a quienes se ha congelado las cuentas bancarias, por la represión sistemática de la oposición y por haber “trucado” la elección presidencial de
agosto de 2020.
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