Stéphane Ravacley y Laye Fodé Traoré |
Stéphane Ravacley, un panadero de la ciudad de Besançon propietario del negocio Huche à Pain, lleva en huelga de hambre desde la medianoche del domingo 3 de enero de 2021 en señal de protesta porque su aprendiz, el guineano Laye Fodé Traoré, está amenazado de expulsión si no abandona voluntariamente el territorio francés.
La alcaldesa de la localidad, Anne Vignot, se ha
solidarizado con el panadero y ha escrito al ministro del Interior, Gérald
Darmanin, pidiéndole que “se oponga a la expulsión y regularice la situación del
chico: “Nuestro país acogió a este adolescente. Le formó. Laye Fodé Traoré está
integrado –escribe la regidora- Resulta incomprensible querer expulsar a este
futuro panadero”. Más adelante, la alcaldesa pide al ministro que abra los ojos
« a la realidad a que se ven confrontados estos jóvenes migrantes”.
Stéphane Ravacley firmó en septiembre de 2019 un
contrato de aprendizaje de dos años de duración para Laye Fodé Traoré, “un buen
chico” que se marchó de Guinea y llegó a Besançon como menor no acompañado
después de atravesar Mali, Libia y el Mediterráneo, para acabar desembarcando
en Italia, desde doonde pasó a Francia. “Discreto y buen trabajador” según su
patrón, Laye trabaja seis días a la semana desde las 3 de la madrugada hasta
las 8 de la tarde, con un descanso para comer a mediodía.
“Tengo 50 años –ha declarado a la prensa francesa
añadiendo que está dispuesto a hacer todo lo necesario para que su aprendiz
continúe trabajando a su lado- he tenido tres embolias pulmonares, mi médico me
dice que soy frágil, pero no me importa. Hay un lugar para Laye en mi horno”.
El problema es que el joven guineano acaba de cumplir
18 años, es mayor de edad y se acaba la protección del estado francés. Ha
presentado un recurso contra su expulsión que la prefectura de la región
estudiará el próximo 26 de enero. El panadero Ravacley se lamenta: “Perdemos el
70% de los jóvenes una vez que cumplen la mayoría de edad, porque no quieren
seguir o porque sus patrones no se ocupan de ellos. ¿Por qué no se acepta a
estos chicos que se mueren de hambre en su país y quieren trabajar con nosotros? No están
quitando el trabajo a los franceses. Les acogemos, les vestimos, les
alimentamos, les formamos hasta que cumplen 18…y después nada, la calle…”.
El panadero Ravacley ha puesto en marcha una petición
en internet que ya han firmado más de 100.000 franceses y que el eurodiputado
Raphaël Glucksmann ha subido a su cuenta de Instagram (Place Publique) donde ha
recogido otras tantas adhesiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario