martes, 1 de diciembre de 2020

«En guerra con mi abuelo»: en combate vale todo


“En guerra con mi abuelo”, película muy familiar que se estrena el 4 de diciembre de 2020, , excelente excusa para aparcar durante hora y media a los niños cualquiera de las tardes de este mes cuajado de festivos, está dirigida por el estadounidense Tim Hill (“Bob esponja”, “Alvin y las ardillas”) y supone una nueva incursión en la comedia del excelente actor que es Robert de Niro (“Taxi driver”, “Ërase una vez en América”, “El padrino 2”, “El irlandés”), al que acompañan en el reparto Uma Thuman “Las amistades peligrosas”, “Pulp Fiction”, “Ninphomaniac”), Jane Seymour ( la célebre Doctora Quinn de la televisión de nuestra juventud, “James Bond: Vive y deja morir”, “Free Dance”),  Christopher Walken  (“Peligrosamente vuestro”, “Pulp Fiction”, “El libro de la Jungla”, “Mi alma gemela”) y el joven Oakes Flegey (“Pete’s Dragon”, “El museo de las maravillas”).

Peter (Oakes Flegey) es un preadolescente típico que vive con sus padres y dos hermanas, y disfruta con sus amigos y con los juegos de vídeo. Peter se ve obligado a abandonar su habitación e instalarse en el desván de la casa cuando el abuelo Ed (Robert de Niro), quien ha enviudado recientemente, se traslada a vivir con ellos. Los amigos ayudan a Peter a poner en práctica diversas “maldades”, con el objetivo de conseguir que el abuelo se marche; pero Ed, a quien también aconsejan los amigos del bar, no se deja intimidar y responde a las provocaciones de su nieto. En ese tira y afloja, una auténtica guerra de generaciones de consecuencias a veces fatales, los dos adversarios aprenden a conocerse, aceptarse y quererse, como no podía ser de otra manera.

Fábula pacifista con final feliz de complicidad intergeneracional, previsible y nada nuevo bajo el sol en lo que se refiere a guión, humor  y gags, la película es exactamente lo que promete su título, una historia juvenil intrascendente inspirada en el libro “The War with Grandpa” del estadounidense Robert Kimmel Smith.

Caricatura de una relación difícil entre un “señor mayor” (no se puede calificar de anciano a De Niro quien, después de haber encadenado  enormes éxitos en títulos que forman parte de la mejor historia del cine, lleva años involucrándose en películas mediocres) melancólico y un chaval, con personajes simpáticos, sin maldad, que en el fondo se lo pasan en grande inventando situaciones para fastidiar al otro, y que en algunos momentos consiguen incluso arrancar una sonrisa al espectador.

 

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