Mapa de la zona en conflicto, imagen de Aljazeera |
El realizador Robert Guédiguian, el actor Simon Abkarian, el músico André Manoukian, el pianista Tigran Hamasyan, la millonaria protagonista de telerealidad Kim Kardashian o el futbolista, jugador de la Roma, Henrikh Mkhitaryan, entre otras personalidades de origen armenio, han manifestado su apoyo a la población civil armenia, víctima de la ofensiva militar contra la provincia independentista de Alto-Karabakh, desencadenada el pasado 27 de septiembre de 2020 por el gobierno de Azerbayán apoyado por el de Turquía.
El apoyo se
acompaña de la reivindicación de recuperar el nombre de Artsakh para la
provincia; una denominación que se remonta a los tiempos del antiguo Reino de
Armenia.
No sólo
artistas armenios, otros como el compositor y cantante británico Elton John o
la rapera estadounidense Cardi B se han sumado a la causa de los armenios,
haciendo aportaciones a las organizaciones humanitarias y publicando mensajes
en sus cuentas de redes sociales.
Desde
distintos puntos del planeta, las voces más conocidas de la diáspora armenia se
dirigen estos días a la comunidad internacional pidiendo que se ponga fin a un
enfrentamiento que recuerda un pasado siniestro a los armenios, que no olvidan
el genocidio que tuvo lugar en 1915, cuando el Imperio otomano no solo destruyó
vidas sino que se apropió de las tierras y los bienes de los muertos.
El 24 de abril
de 1915, las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad
armenia de Estambul. En los días siguientes, el número de detenidos ascendió a
600. Una orden del gobierno estableció la deportación de toda la población
armenia que no tuviera medios para subsistir. La marcha a través de cientos de
kilómetros, atravesando zonas desérticas, causó la muerte de la mayoría de los
deportados, víctimas de la sed, el hambre y otras privaciones. De los supervivientes
se encargaron los gendarmes que teóricamente les protegían, robándoles y
violándoles, con ayuda de las bandas de bandoleros y asesinos que se escondían
en la zona.
La provincia,
que en 1921 Stalin integró en Azerbayán, proclamó su independencia en 1991,
aunque no fue reconocida por ninguno de los países miembros de la ONU. En los
años ’90, otra guerra que finalizó en 1994 con un alto el fuego negociado por
Rusia, causó 30.000 muertos en una población estimada en poco más de 148.000
habitantes.
Con una ironía
llena de amargura, el músico André Manoukian, que vive en Francia ha dirigido una carta al presidente turco,
Erdogan, a quien considera el auténtico promotor de la actual crisis, en la que
le cuenta que, en 1915 sus abuelos, huyendo del genocidio, tuvieron que abandonar precipitadamente la
ciudad turca de Amasya “y no pudieron llevarse el piano familiar. ¿Podría usted
enviarlo a la siguiente dirección: Lista de correos de Stepanakert, capital de
Artshak, cuna histórica de Armenia?”.
En la página de internet SceneWeb, el actor Simon
Abkarian, que desde hace tiempo acaricia el proyecto de realizar un Festival de
Teatro en Erevan, la capital de Armenia, ha dejado un mensaje evocando “el
reflejo genocida” de una clase política turca cuyo “patriotismo se ha mudado en
nacionalismo fascistoide”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario