A Satoru Anzaki, japonés de 80 años
y expresidente de la compañía Komatsu, compañía líder mundial de maquinaria
de construcción, le diagnosticaron en octubre un cáncer de vesícula en fase
terminal y ahora ha organizado una fiesta para celebrar “el final de su vida”,
informan la BBC y algunas de las grandes agencia internacionales. Es lo que se
ha dado en llamar una “velada del adiós”.
El pasado 20 de noviembre, Anzaki pagó
un anuncio en el Nikkei, el mayor diario financiero del mundo, anunciando la
fecha del festejo y pidiendo que asistieran cuantas personas le habían tratado
alguna vez en su vida.
Familiares, amigos, antiguos compañeros
de clase, empleados y socios comerciales, hasta mil personas acudieron el 13 de
diciembre de 2017 a despedirse de Anzaki en un salón de un hotel de Tokio,
adornado para la ocasión con recuerdos de la vida del protagonista quien, para
evitar que el festejo degenerara en melancolía, contrató un grupo de bailarines
de Tokushima, que amenizaron la velada.
Según la prensa japonesa, Anzaki intentó
estrechar la mano a la mayoría de invitados, y les manifestó su aprecio. Tras
la fiesta, dijo en rueda de prensa: “Como quiero maximizar mi calidad de vida
en el tiempo que me queda, he decidido no recibir tratamiento de quimioterapia
para no tener que sufrir los efectos secundarios…Me ha gustado mucho mi vida y
desanimarme no va con mi naturaleza”.
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