Robert
Redford y Nick Nolte, el tiempo no perdona
Tras pasar dos décadas en Inglaterra, el escritor Byll
Brison (*) (Robert Redford), popular entre los lectores anglosajones por sus
libros de viajes y divulgación científica, decide iniciar su jubilación con un
desafío: recorrer los 3.500 kilómetros del Appalachian Trail, un sendero para
excursionistas que une los territorios de Georgia y Maine, y que se conserva en
su estado natural (un poco salvaje a veces). Lo que ya de partida es una
empresa complicada aumenta sus dificultades cuando el escritor acepta hacer el
viaje en compañía de un antiguo amigo, Stephen Katz (Nick Nolte, al que hace
muchos años que perdió de vista) quien, ligón inveterado con poca fortuna,
pretende escapar así de sus acreedores y vivir una última aventura. El
principal problema es que los dos caminantes tienen diferentes puntos de vista
sobre lo que puede ser una aventura… y en especial de las aventuras que pueden
emprender a su edad.
Esta es, a grandes rasgos, la sinopsis de Un paseo por el
bosque (A walk in the Woods), película a caballo entre realidad y ficción,
cuento sentimental dirigido por Ken Kwapis (Una aventura extraordinaria , Qué
les pasa a los hombres) y completada en el reparto por Emma Thompson, en el
papel de la esposa del escritor. Una historia que protagonizan “un par de
vejestorios adorables que se tambalean recorriendo un bosque”.
Un paseo por el
bosque es un viejo proyecto del propio Redford, que durante diez años acarició
la idea de esta película “ecologista” y homenaje a un escritor al que aprecia;
la verdad es que tiene momentos en que la pareja de veteranos actores rozan el
ridículo, tanto juntos como por separado, y eso pese a que aparentemente es una
historia entrañable y no está dicho que la edad tenga que ser necesariamente un
impedimento; lo que pasa es que estos dos que se adentran en el bosque están
muy cascados.
Precisemos que Redford tiene 79 años y Nolte está a punto
de cumplir 75, y que en principio era Paul Newman quien debía interpretar al
compañero de viejo, pero su muerte en 2008 obligó a cambiar de planes. Y
digamos también que el resultado es, más que cualquier otra cosa, poco
convincente y bastante falso; que los actores ponen empeño pero no consiguen
hacer brillar a sus personajes de mala comedia de enredo, y que la crítica
anglosajona se ha centrado en el patetismo de dos viejas glorias sin capacidad
de reacción ante su propia decadencia; más que nada, porque los personajes
reales de aquella aventura por los montes Apalaches estaban en torno a los 40
años. “¿Qué hace Nick Nolte en una película apestosa como ésta?”, se pregunta
un tal John Patterson en las páginas culturales del diario The Guardian. Está
claro que al periodista le importa poco lo que pueda ocurrirle a Redford –quien
a pesar de sus inicios y su creación del Festival de Sundance está totalmente
identificado con el cine comercial más hollywoodiense, y tiene frases tan poco
brillantes como que los libros son “la televisión de las personas inteligentes”·-,
pero no se resigna a ver como Nolte, “un actor de la vieja escuela, hace
chistes malos de la época de su padre” y enseña un culo blanco. En resumen: un
viaje a ninguna parte.
(*) William McGuire “Bill” Bryson, escritor británico
nacido en 1951 en Estados Unidos es autor de una decena de divertidos libros
sobre viajes (entre los que figura A Walk in the Woods), media docena de
volúmenes sobre la lengua inglesa, tres tratados de divulgación científica, un
libro de historia, unas memorias y una biografía de Shakespeare.
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