Por “insulto a lo sagrado”, el joven realizador Keywan
Karimi ha sido condenado en Teherán a seis años de cárcel y 223 bastonazos, según
informa el canal internacional France 24, añadiendo que la vista de apelación
se espera para el próximo 23 de diciembre de 2015.
Mientras tanto, 130 cineastas iraníes, entre los que se
encuentra Jafar Panahi -condenado a no hacer cine, ni salir del país durante 20
años, prohibición que se salta regularmente con una película al año; la última
Taxi Teherán, Oso de Oro en el Festival de Berlín 2015, rodada clandestinamente
en las calles de Teherán-, han escrito una carta de apoyo a su compañero, deseándole
la absolución.
Por su parte, cineastas franceses, italianos y españoles,
han hecho público un comunicado apoyando a Keywan Karimi en su difícil
situación: "Keywan Karimi se une a la ya demasiado larga lista de
artistas, periodistas y ciudadanos condenados por Irán, en un acto de desprecio
de la más elemental libertad de expresión y pensamiento”.
Varios periodistas reformistas y artistas han sido
detenidos recientemente en Irán, acusados de formar parte de una red financiada
por los servicios de inteligencia estadounidenses y ayudada por varios países
europeos, entre los que se ha mencionado a Gran Bretaña, Holanda y Suecia. El
Guía Supremo, Alí Jameneni, la mayor autoridad política y religiosa de Irán,
advierte frecuentemente que es necesario combatir la infiltración “política y
cultural” de Estados Unidos.
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