viernes, 25 de diciembre de 2015

China: expulsan del país a una periodista francesa

Ursulta Gauthier, corresponsal en Pekín del semanario francés L’Obs (antes Le Nouvel Observateur), abandonará China el 31 de diciembre de 2015, «expulsada» por las autoridades del país a quienes «no ha gustado» un artículo reciente, informan los canales internacionales citando fuentes de agencias, especialmente France-Presse (AFP).

Según estas mismas fuentes, Ursula Gauthier -que lleva seis años como corresponsal de L’Obs en la capital china, anteriormente residió otros diez años en el país y habla chino perfectamente- desde hace un mes está “siendo objeto de virulentos ataques en los medios de comunicación del Estado”, donde se vienen manifestando contra ellas distintos cargos oficiales desde que en una de sus habituales crónicas definiera como “represiva” la política del régimen en la región de Xinjiang, de mayoría musulmana, donde la etnia Ouïghour, que habla turco, es objeto de persecución cultural y religiosa. Este viernes, 25 de diciembre, le han telefoneado del ministerio de Asuntos Exteriores para comunicarle que no piensan renovar su acreditación de prensa, que expira con el año, por lo que deberá abandonar el territorio chino.

El artículo en cuestión se publicó en la página de Internet de L’Obs, llevaba el título “Tras los atentados, la solidaridad de China tiene segundas intenciones” y se refería a la reacción del gobierno de Pekin tras la masacre yihadista del 13 de noviembre pasado en París. Para los políticos chinos el texto de la corresponsal francesa equivalía a justificar la violencia que en ocasiones se desata en Xinjiang, que Pekín califica de terrorista, y han utilizado dos periódicos oficiales, el Global Times (del Partido Comunista) y el China Daily para publicar sendos “editoriales incendiarios en los que acusan a la periodista de usar ‘dos pesos, dos medidas’ cuando habla de terrorismo.

Una reacción oficial que, como es habitual –la censura china es maestra en el uso y control de las nuevas tecnologías- ha venido acompañada de la consiguiente campaña orquestada en páginas y foros de Internet, donde se están publicando comentarios “con frecuencia injuriosos, e incluso amenazadores”.

“Después de meter en cintura a la prensa china –ha declarado Ursula Gauthier a AFP- con esta expulsión Pekín quiere intimidar a los corresponsales extranjeros, especialmente a quienes se ocupan de cuestiones relativas a las minorías”. Es casi normal, que los periodistas extranjeros encuentren obstáculos cuando intentan hacer reportajes en China: en ocasiones se les impide visitar determinadas zonas o regiones, como Tibet o Xinjiang, y otras entrevistarse con fuentes que hablen de los considerados “temas sensibles”, empezando por la libertad de expresión y los presos políticos.

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