jueves, 31 de julio de 2014

Viajo sola, la libertad tiene un precio



Ganadora del premio David de Donatello 2013 (galardones italianos equivalentes a los Goya) a la mejor actriz, la película Viajo sola de la realizadora Maria Sole Tognazzi (hija del inolvidable actor Ugo Tognazzi), es una originalidad en el panorama cinematográfico mundial que habitualmente fabrica historias de parejas: lo de siempre  es que chica conozca chico –en la guerra, en el trabajo, en la ciudad, en las vacaciones, incluso en un viaje- y a partir de ahí se escriban los 90 minutos que duran de media los largometrajes. 

Sin embargo, Viajo sola es la historia de mujer soltera, independiente y feliz de serlo. Irene  (Margherita Buy), es alta y guapa, tiene 40 años y no tiene ni compañero sentimental, ni hijos. Tiene, en cambio, un trabajo a primera vista divertido: es el “cliente misterioso” que vista de incógnito hoteles de lujo de todo el mundo, verificando que todo en ellos funciona perfectamente, desde la forma en que el botones se hace cargo del equipaje del cliente hasta la temperatura de la sopa. Andrea, su mejor amigo y antiguo amante (Stefano Accorsi) acude siempre a su lado cuando le necesita, pero hace años que renunció a otra cosa. 

La de Irene es una vida de libertad extrema, de vagabundo confort que tiene también una contrapartida de soledad y melancolía. Cuando Andrea deja de estar disponible, Irene se plantea por primera vez si su elección de vida ha sido acertada. En la duda, vence como siempre su libertad.

Película valiente, feminista  y tranquila, comedia entretenida con momentos divertidos y una actriz que borda el personaje.







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