En un extenso artículo, publicado el 29 de julio de 2014 en el diario New York Times (NYT), firmado en Bamako por el periodista http://www.nytimes.com/2014/07/30/world/africa/ransoming-citizens-europe-becomes-al-qaedas-patron.html?_r=0)
grupo islamista somalí creado en 2006 y salido de la facción más dura de la Unión de
Tribunales Islámicos, que milita por la instauración de la charia en el país)
El dinero que Al
Qaeda cobra por los rehenes “representa una de las principales fuentes de
financiación de la organización terrorista, que lo utiliza para reclutar
adeptos y comprar armas”, señalan en el digital francés Rue 89 las periodistas Mathilde
Goupil y Camille
Polloni, haciéndose eco de la investigación aparecida en el NYT: “De
media, un rehén representaba 200.000 dólares en 2003 y hoy puede llegar a valer
hasta 10 millones”.
“El secuestro de rehenes es un botín fácil,
que podría describir como un comercio rentable y un preciado tesoro”, se lee en
uno de los papeles encontrados en Mali, escrito por Nasser al-Wuhayshi, jefe de
Al Qaeda en la península arábiga.
El estado francés es el que más dinero ha gastado – 58 millones de
dólares- en rescatar a sus rehenes, un tercio de las 53 personas oficialmente
secuestradas por Al Qaeda en los últimos cinco años. Aunque Vincent Floreani, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha repetido al
periodista del NYT la postura oficial, que consiste en asegurar que “las autoridades francesas no pagan rescates”,
el artículo detalla las sumas desembolsadas en dos operaciones llevadas a cabo
en el desierto del Sahara al norte de Niger, en 2011 y 2013, y una
tercera en Yemen en 2011. Al parecer, en
los dos primeros casos el dinero salió de la empresa Areva, el gigante de la
energía nuclear francesa, pese a que sus directivos lo han desmentido.
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