Lo
que el día debe a la noche, película basada en el libro best-seller del
mismo título de Yasmina Khadra, pseudónimo que significa jazmín verde y encubre
al conocido escritor argelino Mohammed Moulessehoul, dirigida por Alexandre
Arcady y protagonizada por Fu'ad Aït Aattou (Une vieille
maîtresse), Nora Arnezeder (El Invitado, El ladrón de palabras),
Anne Parillaud (Nikita, dura de matar, Frankie y las estrellas), Mohamed
Fellag (Profesor Lazhar) y Vincent Perez (Indochina, La
reina Margot), es una historia de amor que se prolonga durante más de medio
siglo sobre el fondo de los acontecimeintos que jalonaron el largo y doloroso
proceso de la independencia de Argelia. Lo que el día debe a la noche, película
que no convence, se estrena aquí el 2 de agosto de 2013.
En
esta biografía de un argelino, testigo de la historia de su país desde los años
1930 hasta nuestros días, un niño de 9 años llamado Younes -hijo de una pareja
de agricultores arruinados, que es entregado a sus tíos, farmacéuticos en Orán para
que lo adopten y paguen su educación- se convierte en Jonás, uno más de los
protagonistas de la “alocada juventud de los pieds noirs
argelinos de los años 1950” (entre los que se encuentra también la rubia
Emilie, quien se convertirá en la mujer de su vida) en cuya existencia van
influyendo los conflictos que agitan el país.
Un
melodrama nostálgico, sentimental, lacrimógeno y anticuado, donde el espectador
siente aquello de que “el libro debía ser mucho mejor”, que se le ha ido la
mano al realizador hilvanando este relato hecho de sol, identidad, amistades,
traiciones, colonialismo y guerra. El protagonista –que estudió arte dramático
pero hasta ahora es más conocido como modelo e imagen de un perfume masculino-
resulta excesivamente insulso, carece de registros dramáticos y su personaje
suena a falso, como suena a falso todo el proceso de la “reconciliación” entre
los antiguos amos y sus colonos.
La
puesta en escena es grandilocuente y folletinesca y la película no convence
pese a estar narrada sobre el fondo de unos hechos históricos, dramáticos y
atormentados, cuyas secuelas más de cincuenta años después están muy lejos de
haberse esfumado, lo que a priori añadía un plus de interés a la historia.
Sin
ninguna duda, la novela –de la que apenas conozco el primer capítulo, que he
encontrado editado en un folleto publicitario- tiene necesariamente que ser
mucho mejor.
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